La juez declara procedente el despido de Gemma Montull del Palau de la Música
La sentencia establece que la acusada hizo pagos por trabajos inexistentes para beneficiar a su padre y a Fèlix Millet
Primera derrota judicial de los saqueadores del Palau de la Música. El juzgado de lo social número 33 de Barcelona ha declarado procedente el despido de Gemma Montull, la ex directora financiera del Palau de la Música e hija de Jordi Montull. La ejecutiva había sido relevada el pasado 30 de septiembre por la nueva dirección de la entidad.
La sentencia considera que la mayoría de los motivos por los que se produjo el despido se corresponden a la verdad y son justificados, al tiempo que recuerda que "no hay que olvidar que los hechos que fundamentan la carta de despido son hechos presuntamente delictivos" que se imputan a Montull.
La juez considera que ha quedada probada la participación de Montull en el desvío de dinero de la Fundación Orfeó Català y el Consorcio del Palau de la Música a favor de las empresas Aurea Rusula y Aysen Produccions. La primera es propiedad de la madre de la ex directora financiera y recibió 100.000 euros de la entidad por trabajos que nunca se realizaron. En cuanto a Aysen, la apoderada era Marta Vallès, esposa de Félix Millet y obtuvo 80.000 euros como pago por contratos que tampoco se ejecutaron. Estos dineros se abonaron para que los saqueadores del Palau cobrasen un sobresueldo
que ellos denominaban bonus.
La sentencia también considera probado que, cuando los Mossos registraron el Palau, el pasado julio, Gemma Montull intentó ocultar un lápiz de memoria que contenía datos de dichas empresas y la facturación que realizaban.
De otro lado, la sentencia considera que no se ha demostrado que Montull ocultara información a los auditores ni la existencia de diez cuentas bancarias que permanecieron ocultas a la contabilidad oficial.
En el juicio por su despido, que se vio la pasada semana en la Ciudad de la Justicia de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Montull se exculpó de su implicación en el desfalco argumentando que Fèlix Millet controlaba "hasta el último céntimo" que se gestionaba en la entidad.
