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Mas vende "rigor" a Durão Barroso y le pide confianza en las finanzas catalanas

La Caixa, Santander y BBVA negocian refinanciar 1.500 millones a la Generalitat

La ropa sucia se lava en casa; fuera toca vender optimismo y nada de alarmismo, en especial cuando necesitas ayuda exterior. Eso debió de pensar ayer Artur Mas, quien aprovechó su primera visita a Bruselas como presidente de la Generalitat para tratar de convencer al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, de que se puede confiar en Cataluña y en las finanzas de la Generalitat pese al déficit que arrastran. Lo dijo mientras su Gobierno ultimaba un acuerdo con La Caixa, el Banco Santander y el BBVA para refinanciar deuda por valor de 1.500 millones.

Mas, que reiteró mensajes de confianza y optimismo en todas sus visitas, acudió a Bruselas en un momento en que su Gobierno está buscando desesperadamente entidades financieras que presten dinero para apuntalar las depauperadas finanzas catalanas. Ante Durão Barroso, el presidente de la Generalitat se comprometió a que Cataluña "hará los deberes" para rebajar un déficit que en 2010 se disparó hasta los 7.552 millones de euros, el 3,86% del producto interior bruto (PIB). "Nos hemos comprometido a ajustarnos el cinturón, y el señor Barroso lo ha entendido y lo aplaude".

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El convencimiento de parte de la opinión pública internacional de que el Estado autonómico es ineficiente y causante de buena parte de los problemas económicos que arrastra España obligó a Mas a desplegar sus mejores artes diplomáticas. "Mi Gobierno, a diferencia de otros, ha aplicado medidas de rigor desde el primer momento", dijo en referencia al tripartito y al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Mas vendió como un éxito la buena marcha de las negociaciones para refinanciar vencimientos de deuda para este año con La Caixa, el BBVA y el Santander por un importe de 1.500 millones de euros. Mas adelantó que esta operación es solo la primera de una serie que deberán llegar este año para evitar problemas de tesorería. Fuentes financieras explicaron que, en paralelo a esa refinanciación, el Gobierno catalán está ultimando una operación de endeudamiento que ronda los 2.000 millones de euros. Su pretensión es arrancar de la banca un préstamo sindicado, pero el Santander, que ya declinó el año pasado financiar a la Generalitat, se resiste a hacerlo. Puesto que sin los grandes bancos es complicado alcanzar esa cantidad, el Ejecutivo de Artur Mas busca ahora dinero en la banca internacional y, como último recurso, explora una emisión de bonos entre particulares.

Mas no descarta nuevos viajes para vender confianza en Cataluña y para apoyar la internacionalización. En junio volverá a Bruselas para entrevistarse con varios comisarios europeos. También este año viajará a Marruecos, país que todos sus predecesores han privilegiado en sus viajes para empujar las exportaciones.

Mas es consciente de que las credenciales de su partido, Convergència Democràtica, le abren pocas puertas en las instituciones europeas. De ahí que se hiciera acompañar por Josep Antoni Duran Lleida. El partido de este, Unió Democràtica, goza de relaciones fluidas con la familia conservadora europea por su condición de miembro del Partido Popular Europeo y de la Internacional Democristiana. Pese a no tener ningún cargo oficial en el área de Exteriores de la Generalitat, Duran estuvo presente en casi todas las reuniones que ayer mantuvo Mas. De hecho, se atribuye a Duran el nombramiento del diplomático Juan Prat al frente de la Delegación de Cataluña ante la Unión Europea. Prat, que trabajó como director de gabinete de Abel Matutes y fue embajador de España ante la OTAN en plena guerra de Irak, es visto con reticencia por la órbita más nacionalista de CDC. Pero Mas intentó defenderlo ayer con el argumento de que "el señor Prat no es del PP".

La conversación con Barroso se centró principalmente en la situación económica catalana y española, pero Mas insistió en que la Comisión debe implicarse a fondo para desatascar el corredor

Artur Mas y José Manuel Durão Barroso, en su reunión de ayer en Bruselas.
Artur Mas y José Manuel Durão Barroso, en su reunión de ayer en Bruselas.OLIVIER HOSLET (EFE)

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