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Los mossos buscan a los autores de la muerte de un joven en un bar de Girona

La víctima recibió tres disparos a través de los cristales del local. -Los agresores destrozaron dos vehículos a palos

Un joven de 25 años murió ayer asesinado a tiros en Taialà, un barrio de casas bajas situado a las afueras de la ciudad de Girona. Alrededor de las 22.30 horas, dos coches se acercaron al bar Casa Pepe, situado en la calle de Aneto, en cuyo interior se encontraba el joven. Aparcaron junto a la entrada y varios de ellos -entre dos y cuatro, según las versiones- salieron del coche, subieron las escaleras que conducen al bar y dispararon tres tiros. Los autores del crimen se dieron a la fuga inmediatamente después y a la hora del cierre de esta edición no habían sido encontrados por los Mossos d'Esquadra.

Antes de entrar en el bar, varios de los jóvenes golpearon y destrozaron dos vehículos aparcados en la calle. Los restos de uno de los retrovisores, perteneciente a uno de ellos, de color negro, podían verse esparcidos por la calle, precintada por los Mossos d'Esquadra ayer por la noche. "Este es un barrio tranquilo, de trabajadores", afirmó uno de los vecinos congregados en la escena del asesinato, sorprendido al conocer los hechos.

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El joven muerto era vecino del barrio, donde predominan las casas adosadas con pequeños patios llenos de plantas, y sus padres también viven en Taialà, donde se concentraron muchas familias que emigraron a la ciudad de Girona de otras partes de España en las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado.

Los vecinos aseguran que el bar donde se produjeron los hechos es un lugar tranquilo donde no suele haber peleas. "Hay un futbolín y un billar. Vamos allí por las tardes al salir del trabajo", explicó un hombre que iba vestido con una camisa con los botones desabrochados y llevaba varios tatuajes.

Varios amigos de la víctima, con rostros llorosos, se acercaron por la noche al lugar de los hechos. El silencio era total, salvo por las inspecciones que realizaban los Mossos d'Esquadra. En un extremo de la calle, un grupo de chicos observaba las actuaciones de la policía. "Son cuatro asesinos de Pont Major [un barrio vecino] que quieren ser más que nadie", aventuró uno de ellos. "El chico era un currante como todos, una persona normal", dijo este vecino del barrio. "Ojalá pillen a los asesinos", concluyó.

"Aquí nunca pasa nada. Una pelea de vez en cuando, pero nada serio", declaró otra vecina. "Yo salí de casa al oír ruido, pensando que era por las fiestas del barrio, y me encontré con esto", afirmó la mujer apesadumbrada.

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