México descarta la presencia de explosivos en la aeronave de Mouriño

El Gobierno mexicano ha descartado que el accidente aéreo en el que falleció el pasado martes el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, obedezca a la presencia de explosivos en el aparato. "Se refuerza la hipótesis de que la caída fuese un accidente", ha enfatizado este viernes el ministro de Comunicaciones y Transporte, Luis Téllez.

A pesar de asegurar que los análisis efectuados sobre los restos de fuselaje del aparato no han revelado la presencia sustancias explosivas, el gobierno mexicano no desecha definitivamente la posibilidad de accidente o sabotaje. En una rueda de prensa celebrada en Ciudad de México, Téllez ha precisado que, de acuerdo con las últimas investigaciones, todo indica que tampoco existió fallo técnico pues "los motores estaban girando a la misma velocidad" en el momento del impacto. Para garantizar esta última hipótesis, y esclarecer las circunstancias del accidente -tal y como prometió el presidente Felipe Calderón-, la caja negra de la aeronave ha sido enviada este viernes, tal y como se anunció el jueves, a Tucson, Arizona (EEUU).

Juan Camilo Mouriño, amigo personal del presidente mexicano, murió el pasado 4 de noviembre junto al asesor presidencial para la Seguridad, José Luis Vasconcelos, y otras siete personas, al estrellarse el pequeño avión en el que viajaban en una avenida de Ciudad de México. En el siniestro murieron, además, otras cinco personas que pasaban por el lugar donde cayó la avioneta.

El director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), Gilberto López Meyer, ha anunciado que en unas 48 horas se retirarán los restos del avión de la zona del siniestro, en tanto que continuarán las investigaciones correspondientes. Los restos mortales de Juan Camilo Mouriño (1971-2008), hijo del dueño del club de fútbol Celta de Vigo, fueron depositados el jueves en una cripta de la catedral de Campeche, al sur del México, localidad a la que llegó siendo niño procedente de España.