¿Están los ‘hobbies’ (tal y como los conocemos) en peligro de extinción?
Asistimos a la imparable mercantilización de las aficiones: unos las monetizan por conseguir unos ingresos extra; otros, por la necesidad de sentirse productivos y de sacar partido al tiempo invertido. Hacer algo por puro placer, sin objetivos ni plazos, es calidad de vida