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DESPENALIZACIÓN

Holanda se convierte en el primer país del mundo en legalizar la eutanasia

La eutanasia será permitida siempre que el enfermo esté sometido a un sufrimiento insoportable sin que exista perspectiva de mejora, y si con anterioridad ha expresado de forma inequívoca su voluntad de morir

Holanda, uno de los países más avanzados en temas tan polémicos como el aborto y las drogas, se ha convertido hoy en el primer país del mundo que reconoce la eutanasia como un acto legal, tras entrar en vigor la ley aprobada en abril de 2001. El cambio más importante que introduce la ley en Holanda, donde ya existía un régimen de tolerancia con la eutanasia desde 1997, consiste en la aplicación de mayores controles de los casos por parte de una comisión, que juzgará si el médico la practicó legalmente.

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En este sentido, el ministro de Justicia holandés, Ben Korthals, ha asegurado que "lo importante es la seguridad jurídica para el médico y para el paciente". Además, ha explicado que hasta la entrada en vigor de la nueva ley, la eutanasia estaba considerada como un "acto criminal", ahora se ha convertido en un acto legal, a condición de que los médicos respeten "los criterios de minuciosidad"

El miembro del Gobierno holandés ha asegurado que "lo importante es la seguridad jurídica para el médico y para el paciente".

Una situación médica sin marcha atrás

Para practicar la eutanasia tolerada por la nueva norma, el médico debe estar seguro de que se trata de una demanda deliberada y reflexionada del paciente, el cual debe encontrarse en una situación médica sin cura y con importantes sufrimientos. Asimismo, el profesional sanitario está obligado a informar a su paciente de la situación en la que se encuentra y de las perspectivas que tiene.

También debe consultar al menos a otro médico y debe practicar el acto de interrupción de la vida o la ayuda al suicidio con todo el rigor médico requerido, según la ley.

Según el ministro de Justicia, cada caso de eutanasia practicado deberá remitirse a una Comisión regional de control de interrupciones de vida, que será la encargada de verificar los "criterios de minuciosidad". Esta Comisión remitirá sus conclusiones al Colegio de Procuradores Generales si estima que un médico no ha respetado la ley.

La entrada en vigor de la ley que regula la eutanasia se produce tras ser publicada el pasado 26 de marzo en el boletín oficial del Estado. La ley se desarrolla bajo el título de "prueba de petición de terminación de la vida y ayuda al suicidio" y en ella se indica que, en el futuro, no se podrá perseguir en los tribunales a los médicos que practiquen la eutanasia.

Una pena máxima de 12 años

Las personas que no padezcan una enfermedad grave y que no deseen seguir viviendo no podrán acogerse a esta ley, de forma que la eutanasia sin control seguirá estando penalizada con una condena máxima de 12 años de cárcel.

El médico estará obligado a comunicar una eutanasia practicada por él a una comisión que controlará todos los casos que se produzcan y que sólo podrá recurrir al Ministerio Fiscal en caso de duda. Las dos condiciones que tienen que cumplir los médicos para obrar dentro de la legalidad son actuar según las normas y comunicar cada caso a un responsable municipal de los servicios de autopsia.

Todas las demás formas de poner fin a la vida de un ser humano, aunque lo solicite éste, seguirán siendo punibles. La ley no significa, por lo tanto, una legalización en general de la eutanasia y la ayuda al suicidio.

Los jóvenes pueden decidir

A los menores de edad también se les incluye en el texto y se afirma que los jóvenes de 16 y 17 años podrán decidir independientemente, aunque se tendrá en cuenta la opinión de los padres, mientras que los que tengan entre 12 y 16 años necesitarán la aprobación de sus progenitores o tutores.

Amplio apoyo social

Las últimas encuestas publicadas en Holanda resaltan el amplio apoyo de la población hacia esta práctica y ponen de manifiestado que un 85% de los ciudadanos está a favor de la legalización de la eutanasia en caso de que no haya esperanza de sobrevivir y cuando los sufrimientos sean insoportables.

Sin embargo, la entrada en vigor de esta ley no ha conseguido poner fin al debate sobre las nociones de sufrimiento insoportable y sin perspectivas de recuperación. De hecho, un reciente caso judicial ha planteado la cuestión de si el cansancio por vivir también debe considerarse como un sufrimiento insoportable.

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