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El terremoto que sacudió el sureste asiático hizo oscilar la Tierra y duró diez minutos

El seísmo que provocó el 'tsunami' fue más violento y largo de lo que se creía hasta ahora, según varios estudios publicados en la revista 'Science'

El terremoto que el pasado 26 de diciembre causó el tsunami que devastó las costas de más de diez países del sureste asiático sacudió toda la superficie terrestre y fue más largo de lo que se creía, según diversos estudios divulgados por la revista Science. El seísmo duró unos diez minutos, una marca sin precedentes teniendo en cuenta que la duración media de un terremoto es de 30 segundos.

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Esas oscilaciones de la Tierra quedaron registradas en más de 400 sismógrafos de todo el mundo dentro de los primeros 21 minutos y el movimiento que causaron desplazó estructuras rocosas de más de 20 metros a más de 1.300 kilómetros de distancia. La consiguiente marejada o tsunami se abalanzó sobre las costas de varios países del océano Índico, como las de Sumatra, Malaisia, India y Sri Lanka, donde perdieron la vida unas 300.000 personas.

Según Jeffrey Park, del Departamento de Geología y Geofísica de la Universidad de Yale (EE UU), tales oscilaciones han permitido a los científicos estudiar las características del terremoto, así como las de la Tierra misma. "Es como cuando golpeamos una sandía para ver si está madura. Los tonos naturales que produce el terremoto en los sismógrafos nos ayudan a detectar las propiedades del manto y el núcleo terrestres", ha señalado.

La primera ocasión en que se advirtieron oscilaciones provocadas en la Tierra por un terremoto fue en los registros sismográficos que dejó el seísmo que azotó el sur de Chile el 22 de mayo de 1960.

Park ha indicado que ahora, con datos más precisos, el terremoto de diciembre podría ayudar a resolver varias controversias sobre las placas tectónicas bajo la corteza terrestre en África o si los cristales microscópicos de hierro puro del interior de la Tierra se alinean con su eje de rotación.

Según el científico, "los daños terribles y la pérdida de vidas provocados por este terremoto empequeñecen al observador más frío, como ocurre con la fuerte probabilidad de que uno o más terremotos (similares) ocurran en este siglo".

Vibraciones de hasta nueve centímetros

El terremoto del sureste asiático ocurrió donde se unen dos de las placas tectónicas gigantes que forman la superficie de la Tierra. En dicho lugar, la placa euroasiática era presionada hacia abajo por la indoaustraliana. El seísmo liberó a la euroasiática de tal presión, con lo que la placa se levantó de golpe y se llevó consigo hacia arriba el suelo oceánico, enviando así una masa de agua en forma de ola marina gigante que luego ocasionó tantas víctimas en los países litorales.

Los científicos afirman que la elevación del suelo oceánico desplazó tanta agua de la bahía de Bengala y sus inmediaciones que el nivel del mar en todo el mundo subió 0,1 milímetros. "No hubo parte alguna del planeta que no se viese perturbada" por el fenómeno, ha afirmado Roger Bilham, de la Universidad de Colorado. Según los expertos, en toda la superficie terrestre se registraron movimientos de hasta un centímetro, y en algunas zonas de hasta nueve, aunque en la mayoría de las regiones la magnitud de los movimientos fue demasiado pequeña como para ser advertida por la población.

El terremoto de diciembre de 2004 fue el segundo más potente de la historia desde que existen instrumentos para medir estos fenómenos naturales, sólo superado por el que tuvo lugar en Chile en 1960. La energía liberada fue la equivalente a la explosión de una bomba de unos 100 gigatones, aproximadamente la misma cantidad de energía que se consume en EE UU en seis meses, según Science.

El terremoto más largo

En otro estudio publicado en Science, científicos del Instituto Wadia de Geología del Himalaya y del Instituto Geológico de EE UU aseguran que el terremoto submarino de diciembre fue mucho más violento y largo de lo que se creía hasta ahora.

Gracias a los datos proporcionados por las estaciones del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), los expertos han determinado que la magnitud fue de entre 9,1 y 9,3 grados en la escala de Richter y no de 9,0 como se había dicho hasta ahora.

Asimismo, los científicos calculan que el terremoto duró unos diez minutos, y que gran parte del movimiento que se produjo en la falla continuó durante un tiempo que oscila entre los 30 minutos y las tres horas después del primer impacto.

Según Roland Bürgmann, profesor de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad de California, esto podría explicar la razón de que el daño estructural del terremoto fuese menor de lo esperado. También explicaría el motivo de que en algunas partes el movimiento sísmico se registrara después de la marejada y más de media hora después del seísmo inicial.

De acuerdo con los expertos, el desplazamiento medio de la falla a lo largo de sus más de 1.000 kilómetros fue de al menos cinco metros, aunque en el extremo sur llegó a ser de unos 20 metros. Bürgmann ha manifestado que estos desplazamientos horizontales causaron una recomposición en la superficie terrestre, lo que produjo una deformación que se puede medir a 4.500 kilómetros de distancia.

"La tierra está vibrando como una campana casi seis meses después del terremoto", ha manifestado Bürgmann. "Hasta ahora nunca habíamos podido estudiar seísmos de esta magnitud en los que se registra una gran distorsión terrestre. Normalmente vemos una deformación de la superficie a unos centenares de kilómetros", ha indicado. "Pero aquí, la deformación se verificó a 4.500 kilómetros de distancia y fue cinco o seis veces superior a la registrada en otros movimientos telúricos", ha añadido.

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