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Segundo intento del juez de Madrid de controlar la venta Cacaolat

El comprador de la compañía de batidos se conocerá a mediados de octubre

El culebrón del concurso de acreedores de Cacaolat parece no tener fin. Mientras el juzgado mercantil número 6 de Barcelona tiene ya en marcha el proceso de venta, el también titular del mercantil número 6, pero de Madrid, no se rinde en su objetivo de acumular el proceso de la compañía de batidos al de Clesa, propietaria del 95% de las acciones. Ambas empresas pertenecen al conglomerado Nueva Rumasa, que atraviesa una delicada situación financiera.

Por segunda vez, el titular del juzgado mercantil de Madrid no pide realizar la venta sino la acumulación de concursos. Se trata de un mecanismo que permite la nueva ley concursal. Con la venta ya en marcha, [las cuatro ofertas, Capsa-Central Lechera Asturiana, Vichy Catalán, Damm-Cobega y Roures se presentaron el pasado día 19 y la administración ya ha descartado la última] es previsible, según fuentes judiciales, que el juez de Barcelona se niegue al proceso de acumulación.

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El objetivo del juez madrileño es siempre el mismo, mantienen los trabajadores y letrados de Cacaolat: que el beneficio de la venta de la fábrica de batidos sirva para pagar la deuda de Clesa. Clesa acumula un pasivo de 1.112 millones de euros, mucho mayor que el de Cacaolat, de 29,8 millones. El activo de Cacaolat es de 129,5 millones y ha sido valorada en 75 millones, mientras que el de activo de Clesa es de 304 millones.

El primer intento del juez madrileño consistió en pedir que la venta de la unidad productiva se realizara desde su juzgado. En verano, el sustituto del juez barcelonés se negó, la cuestión llegó al Tribunal Supremo y el pasado 21 de septiembre decidió que no, que la venta continuara llevándola el juzgado de Barcelona.

Así, el conflicto llegará de nuevo al Supremo. Y esta vez, de no existir defectos de forma, el Supremo podría decidir a favor de la acumulación de concursos.

Está por ver cuál de los procesos es más rápido: si la venta ya iniciada (que con los plazos preceptivos no se resolverá hasta mediados de octubre), o la decisión de la acumulación. En cualquier caso, la venta no se paralizaría. Simplemente, al producirse la venta, la cantidad de la empresa ganadora destinada a la unidad productiva se acumularía al proceso de Clesa. El resto del proyecto ganador (el proyecto empresarial y sus correspondientes inversiones) seguirían adelante para dar continuidad a la producción de Cacaolat y el mantenimiento de sus 500 puestos de trabajo.

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