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Reportaje:

Las cajas amenazan el poder de los bancos

Los cierres de oficinas bancarias permiten, por primera vez, que las cajas estén a punto de ser líderes en créditos y depósitos

Íñigo de Barrón

Los bancos han apostado por la eficiencia, lo que implica reducción de personal y de oficinas, y, en consecuencia, pérdida de cuota de mercado. Mientras, sus competidoras las cajas, han puesto el acento en crecer y ganar mercado a costa de perder eficiencia. Dos estrategias antagónicas, sin un ganador claro, pero que preocupan mucho a los banqueros porque ahora necesitan más tamaño, ya que sus márgenes se estrechan ante la constante bajada de tipos. Las cajas están a punto de sobrepasar, por primera vez, a los bancos en créditos.

Los analistas creen que los bancos han acertado al apostar por recortar costes aunque eso les suponga, a corto plazo, perder márgenes
Los bancos creen que la buena imagen de las cajas se debe a la utilización de la obra social y quieren contrarrestarlo con la responsabilidad social
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Pocos cambios, pero provocativos

Las cajas de ahorros continúan su inexorable avance y amenazan con traspasar la última frontera de supremacía de los bancos, los créditos. Según los últimos datos oficiales del Banco de España, en enero pasado las cajas tenían créditos concedidos por 360.327 millones, y los bancos, por 366.363 millones, sin contar América Latina. Hace cinco años esta escasa diferencia de 6.000 millones era casi diez veces más grande. A esta situación se añade que han sobrepasado en ahorro gestionado a los bancos en unos 100.000 millones y que las cajas cuentan con 6.800 oficinas más, con un número similar de empleados.

¿Preocupa esta situación a los banqueros? A estas alturas nadie lo niega, ni siquiera lo disimulan. Pedro Castañeda, responsable de banca de IBM Business Consulting Services, comenta que "los grandes bancos están inquietos por esta situación, ya que ha coincidido que han tenido dos años malos en América Latina a la vez que en España les ha sido difícil obtener márgenes porque la tarta de la banca comercial es cada vez es más pequeña y hay más comensales".

Todos coinciden en que con el escenario actual (tipos de interés en caída constante desde 1996 y con previsión de que se estabilicen en un nivel bajo) la única manera de obtener márgenes es aumentar el volumen con productos rentables. Pero ganar volumen y cuota de mercado cerrando oficinas es algo casi imposible, como saben muy bien el Grupo Santander y el BBVA.

Pérdida de cuota

En 1994, los bancos tenían el 60% del mercado en créditos y en diciembre el ratio cayó al 48%. Las cajas estaban hace diez años en el 36,5% y ahora están en el 46,5%. Es decir, mientras los bancos han perdido 12 puntos, las cajas han ganado diez. Esos dos puntos que no están en manos de las cajas se los han quedado las cooperativas de crédito y las cajas rurales, que también se han expandido.

En pasivo de clientes, las cajas han incrementado su dominio tradicional, si bien han descuidado los fondos de inversión (que suman 209.600 millones), donde los bancos tienen el 65% del mercado, y sus competidoras, el 27%. Por eso, si se suman los depósitos de clientes con fondos, todavía el dominio de los bancos en los recursos administrados es claro: tienen el 50% de cuota frente al 44,5% de las cajas.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? Para Íñigo Vega, responsable bancario de Dexia Equities, hay tres claves: 1) las fusiones del Grupo Santander Central Hispano (SCH) y del Banco Bilbao Argentaria (BBVA) en 1999, con el consiguiente cierre de más de 3.000 oficinas; 2) La fuerte inversión en América Latina, que exigió dedicar grandes sumas de capital, así como a los mejores directivos. 3) Las cajas dedican el 27,7% de sus beneficios a la obra social, mientras que los bancos entregan el 50% en dividendos.

"Esta situación provoca que a los bancos les cueste más elevar sus recursos propios para poder expandirse e incrementar el crédito, mientras las cajas refuerzan su capital cada año", comenta Vega.

Pedro Castañeda apunta otro factor básico que explica el boom de las cajas: su monocultivo del crédito hipotecario. Esto ha permitido que crezcan con la renta familiar de las clases medias y con el mercado inmobiliario. "Hay que reconocer que las cajas se colocaron, hace muchos años, junto al pequeño cliente, financiándole su piso, y se convirtieron en los banqueros de toda la familia, a la que han estado vendiendo diferentes productos durante décadas. Los bancos estábamos más volcados en las empresas, donde los márgenes son más estrechos y además han reducido su demanda de crédito. Fue un gran acierto de las cajas y los bancos hemos ido detrás, unos con más agilidad que otros", confiesa un alto ejecutivo de banca. Otro colega añade que "el crecimiento sano es mucho más difícil si las cajas continúan su expansión, no cabe duda de que nos ponen plomo en las alas".

No cabe duda de que las cajas han optado por el crecimiento a toda costa, con la apertura de 3.300 oficinas en cinco años. Ahora controlan el 53% de las sucursales que hay en España, frente al 35,7% que son propiedad de los bancos. "Parece bastante claro que los bancos han optado por la mejora de su eficiencia, con aumento de ingresos y reducción de costes, mientras que las cajas han optado más bien por la ganancia de cuota", según Juan Basurto, asesor financiero de la Asociación Española de Banca (AEB). En su opinión, este factor es "extremadamente importante" porque ahora los tipos de interés están niveles mínimos históricos.

Ésta es la factura que han pagado las cajas por robar cuota en el negocio: han empeorado el ratio de eficiencia (que refleja lo que gasta la entidad por cada cien euros que ingresa). La banca ha terminado 2003 con un ratio del 49,2%, mejor que el de las cajas, situado en el 53,6%. De hecho, en los últimos cinco años, los bancos han mejorado este ratio en 7,8 puntos, mientras que sus competidoras los han hecho en un 4,9%.

Solvencia y rentabilidad

Sin embargo, un alto ejecutivo de una caja matiza el dato. "Si se toman en cuenta sólo los datos de las entidades en España, en 2003 las cajas han mejorado el ratio en 2,9 puntos, y los bancos lo han empeorado 1,5 puntos". Juan Ramón Quintás, presidente de la CECA, ha anticipado que las cajas frenarán sus ansias expansionistas, con lo que mejorarán su eficiencia y frenarán la ganancia de cuota de mercado (quizá para apaciguar los ánimos), pero todavía eso no se ha producido. También desde la CECA recuerdan que las cajas están por encima de los bancos en solvencia (el 12% frente al 10,5%); en rentabilidad sobre recursos propios (el 12,82% frente al 11,88%) y en morosidad (el 0,75% de cajas y el 0,82% de bancos).

¿Han actuado correctamente los bancos sacrificando cuota por ganar eficiencia? Íñigo Vega, de Dexia Equities, opina que "lo que han hecho tiene todo el sentido para su estrategia y, al final, tendrá un efecto positivo en sus cuentas".

Pero hasta aquí se puede pensar que lo que ha ocurrido es consecuencia del libre mercado: unos apuestan por el crecimiento y otros por el control de gasto. Por eso, la cuestión clave es si se ha llegado a esta situación a través de una competencia igualitaria o no.

Por supuesto, aquí las posiciones son divergentes. Las cajas sostienen que ellas compiten en igualdad de condiciones porque las exigencias financieras de solvencia y supervisión son equivalentes. Una buena parte de los banqueros aceptan este argumento, aunque algunos creen que el Banco de España evita entrometerse con ellas para evitar conflictos políticos y recuerdan el caso de Caja España (la décima de España), que ha vivido sucesivos cambios de director general y presidente como consecuencia de las vaivenes políticos.

Para los banqueros, hay tres factores que distorsionan la competencia: la utilización de la obra social, su régimen de propiedad y el hecho de ser entidades no cotizadas, que les permite una gestión más relajada en la evolución de sus márgenes.

Uno de los que más claramente se ha posicionado sobre las cajas ha sido Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell. Oliu, conocedor de estas entidades, ya que La Caixa controla el 14,8% del capital de su entidad, ha declarado que "las cajas son el problema pendiente del sistema financiero español. Juegan con unos parámetros diferentes a los de los bancos, lo que distorsiona el mercado. Tienen una propiedad inexistente y un elemento público muy notable. Una estructura propia del siglo XIX, pero no del mercado globalizado". Oliu también les acusa de "socavar" la marcha de los bancos "y aumentar la competencia", por lo que "pueden ser causantes de un problema serio".

Un colega bancario apunta que "las cajas no apenas emitirán cuotas participativas (activo de reciente creación, similar a las acciones sin voto) porque las cajas no se quieren someter a la presión que supone un mercado cotizado, las opiniones de los analistas y las de los grandes inversores. Su política comercial no permite aguantar el juego de los mercados", apunta categórico. A su juicio, la obra social, a la que han destinado un total de 1.043,2 millones en 2003, se utiliza como marketing y factor para reforzar la imagen de la entidad. "La prueba es que casi la mitad se destina a actividades culturales. Todo esto revierte en la cuenta de resultados", apuntan.

La solución, para algunos banqueros, pasa por colocar murallas chinas que separen completamente la gestión de la obra social con la de la entidad financiera, para evitar que se mezcle con el negocio. "Debería estar claro que la obra social sea eso, una actuación que sólo tiene los fines sociales que la justifican".

Las cajas reconocen que tienen una imagen "mucho más apreciada y cercana a los clientes que los bancos, pero eso es porque damos buen servicio, buenos productos y siempre hemos estado junto al pequeño cliente. Los bancos lo han descubierto hace poco y se han preocupado más de las empresas".

Recuperación de cuota

No cabe duda que la imagen se ha convertido en un asunto clave para los bancos. La prueba es que se han volcado en la responsabilidad social corporativa para contrarrestar su mala imagen. Desde las cajas se apunta que "de poco sirven estas campañas mientras sigan encausados los principales cargos de los grandes bancos. Los ciudadanos nos perciben de manera diferente".

"Es curioso que nosotros seamos los malos de la película", dice un banquero, "cuando las cajas cobran más que nosotros por los créditos y no dejan de subir las comisiones", señala un banquero (ver cuadro). Sin embargo, ninguno olvida la encuesta según la cual el 36% de los clientes están dispuestos a cambiar a una caja en igualdad de condiciones.

¿Qué pasará en el futuro? Al margen de discusiones sobre el modelo, los analistas esperan una mayor demanda de las pymes y del crédito al consumo, así como el lanzamiento de nuevos productos. "En estos terrenos los bancos son más ágiles que las cajas. Si, además, el crédito hipotecario se frena, las bancos recuperarán cuota de mercado", dice Pedro Castañeda. En lo que coinciden todos es en que el éxito o el fracaso del Santander y el BBVA en España determinará la evolución de esta guerra entre cajas y bancos.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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