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Liberados dos españoles secuestrados 15 días en Nigeria

La operación ha contado con la colaboración de los Mossos y la Policía Judicial española.- Los dos llegarán esta tarde a España

El empresario catalán Josep Bufí y su empleado Alonso Boj, secuestrados el pasado 13 de marzo en Nigeria, fueron liberados en la noche del pasado domingo por fuerzas policiales nigerianas que tomaron al asalto una cabaña en medio de la jungla donde estaban retenidos. Las víctimas estaban desnudas y hambrientas, ya que los delincuentes apenas les daban de comer, según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Los secuestradores exigían el pago de 200.000 euros de rescate que la familia debería hacerles llegar a través de Western Union a nombre de una persona ficticia de Nigeria. Agentes del Grupo de Secuestros y Extorsiones de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) actuaron como intermediarios de la negociación y participaron sobre el terreno (en el país africano) en las investigaciones. Al final no hubo pago de rescate porque las pesquisas condujeron hasta el escondite donde estaban los rehenes.

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Semidesnudos y desnutridos

El secuestro de Bufí y Boj empezó a fraguarse hace seis meses en una feria comercial de Barcelona, donde contactó con ellos un nigeriano que dijo estar interesado en que les suministrase una partida de envases para productos cosméticos. Así comenzó una presunta relación comercial con una factoría nigeriana. Avanzados los contactos, ambos decidieron viajar a Nigeria para concretar los detalles. Los dos hombres viajaron para realizar unas ventas de los productos de la empresa Innoenvas, ubicada en Polinyà (Barcelona), que fabrica maquinaria para el envase y procesado del café y a medida.

Llegaron a Lagos y desde ahí les dijeron que se trasladaran en autobús a Aba, una ciudad del Estado de Abia, en el sureste del país. En ese momento fueron raptados y trasladados a una choza en la que estuvieron semidesnudos y en la que sólo les dieron de comer un día durante su cautiverio. María González, esposa del empresario Josep Bufí, ha relatado que vieron en "una situación límite", ante el temor a que el caso tuviera un desenlace dramático. Durante las dos semanas de negociaciones, los raptores se comunicaron con las familias de las víctimas a través de Internet y el teléfono, prevaliéndose, además, de cierta infraestructura delincuencial con que contaban en Barcelona (redes dedicadas a estafas conocidas como cartas nigerianas y otras dedicadas a timos mediante el procedimiento de los billetes tintados).

En las investigaciones han trabajado conjuntamente funcionarios de la UDEV con otros especialistas de los Mossos d'Esquadra.

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