_
_
_
_
_

El filón de la tierra

Los españoles aprovechan la gira sudamericana de arcilla, huérfana de grandes nombres extranjeros, para sumar puntos antes del cemento

Estas son las lecciones sudamericanas. Cuando el sábado David Ferrer se impone (7-6, 6-7 y 6-2) a Nicolás Almagro en la final de Acapulco, los cuatro grandes torneos sudamericanos de arcilla cierran casi un mes de campeones españoles (Tommy Robredo en Santiago de Chile; Almagro en el Abierto de Brasil y Buenos Aires; Ferrer en México) y un buen puñado de días en los que los ogros de la armada dejaron su huella sobre el albero. Sus éxitos, sin embargo, se vieron matizados por la aglomeración de grandes nombres que competía al otro lado del mundo, en Dubái, donde los dólares y la lógica competitiva (ahí se juega en cemento y el 10 de marzo empieza Indian Wells, el primer gran torneo sobre esa superficie) atrajeron a los mejores. El suizo Roger Federer, el serbio Novak Djokovic, el checo Tomas Berdych... ¿por qué no acudieron hasta allí la mayoría de los españoles?

Más información
Djokovic es un rayo
Ferrer se confirma en Acapulco

"¿Contesto en broma o en serio?", se reía en Melbourne, nada más acabar su participación en el Abierto de Australia, el bueno de Almagro. "Yo voy a la gira de tierra sudamericana porque me ha dado muchos éxitos y me encanta; porque son torneos con un ambiente muy especial; porque allí la gente es muy apasionada".

Cuando el murciano habla de éxitos, habla de títulos. Cuando habla de trofeos, de puntos. Y cuando habla de esos puntos, del ránking: los españoles, que son los mejores especialistas del mundo en arcilla, hombres acostumbrados al tenis táctico y elaborado que exige la superficie, explotan la gira sudamericana, huérfana de los grandes nombres extranjeros, para aprovechar su sabiduría y consolidarse entre los mejores.

Así, en tres torneos de tenis rabioso, Almagro ha sumado casi 1.000 puntos, lo que le deja a las puertas del top 10 tras vencer dos títulos sin cruzarse con ningún tenista de los 30 mejores. Del mismo modo, Robredo, que busca recuperar peso en el circuito, venció en Chile sin competir contra nadie que estuviera entre los 55 más destacados. E igualmente, Ferrer, que firma un espectacular arranque de temporada (título en Auckland, semifinal en Melbourne, tempranera derrota en Rótterdam y título en Acapulco), triunfó en México tras dominar a solo dos rivales capaces de alcanzar su gran nivel: el ucranio Dolgopolov y el propio Almagro.

Ahora, el alicantino tendrá que volar miles de kilómetros y torturar sus piernas para sufrir el cambio de la arcilla al cemento, superficie en la que disputará la primera ronda de la Copa Davis, que enfrenta a Bélgica con España y en Charleroi, el próximo fin de semana. Ferrer lo hará gustoso: pisó la tierra, sumó 500 puntos en la clasificación de 2011, y dejó huella.

Ferrer celebra su triunfo frente a Almagro en la final de Acapulco.
Ferrer celebra su triunfo frente a Almagro en la final de Acapulco.AFP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_