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La despenalización del aborto

Cautela de los centristas y rotunda oposición de los aliancistas

La cautela de los diputados de centro -que en privado admitían algunos supuestos de despenalización del aborto, aunque oficialmente mostraban su rechazo- y la firmeza en sus respectivas posiciones de los socialistas y los parlamentarios del Grupo Popular era ayer la tónica en el Congreso de los Diputados cuando los parlamentarios eran requeridos acerca de su opinión personal sobre el proyecto de ley de interrupción del embarazo.Así, el ex ministro de Justicia, Pío Cabanillas, esquivó todo pronunciamiento oficial, lo que también hizo Rodolfo Martín Villa, quien se limitó a señalar la inoportunidad del planteamiento, aludiendo a que "no es tema al que se pueda decir sí o no a palo seco. Existen circunstancias atenuantes e incluso eximentes", si bien ambos se apresuraron a aclarar que ellos no hablaban desde su posición de hombres de partido. Un ex ministro de Unión de Centro Democrático, que hablaba a título privado, llegó a remontarse a la guerra mundial de 1914 para traer a colación el ejemplo de unos senegaleses que habían violado en un túnel a varias alemanas, una de las cuales mató al hijo habido de esta circunstancia y "estuvo muy cerca de ser absuelta", sentencia que dijo comprender.

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El líder de la Minoría Catalana, Miquel Roca, se escudó en que antes de opinar necesitaba conocer el texto de la ley, pero consultado por su posición personal ante el dilema de tener que elegir entre la vida de la madre y la del hijo -uno de los supuestos contemplados en el proyecto que despenaliza el aborto es cuando peligra la vida de la madre-, Roca subrayó: "Mi respuesta es obvia, yo me casé con mi mujer".

Adolfo Suárez, líder del CDS, se refirió a la necesidad de modificar el Código Penal, introduciendo "una mayor discrecionalidad, en función de las circunstancias", posición muy semejante a la expresada por Martín Villa. El único centrista tajante fue el ex ministro de Obras Públicas, Luis Ortiz, para quien el supuesto del aborto "tal vez sólo sería admisible en el caso del dilema entre la vida de la madre y la del hijo, por la teoría del mal rnenor", pero rechazó la legitimidad del aborto en caso de violación: "Si le ocurriese a mi hija, lo sentiría por mi hija", dijo Ortiz, quien no tiene hijos.

En las filas de la coalición AP-PDP se rechazaba tajantemente el supuesto dilema entre la vida de la madre y el hijo, citado por Luis Ortiz y contemplado en el proyecto de despenalización. "Eso es cos la de las novelas, no ocurre en la vida real", dijo Carlos Ruiz Soto, presidente de la comision de Sanidad de AP, quien dijo llevar treinta años ejerciendo la ginecología en hospitales madrileños sin haberse encontrado nunca con un dilema semejante.

Álvaro Lapuerta, vicepresidente nacional de Alianza Popular y uno de los portavoces adjuntos del grupo, dijo haber hablado con dos ginecólogos veteranos que tampoco se encontraron en la opción entre salvar a la madre o al hijo. Óscar Alzaga sí admitió que se hubiesen dado tales dilemas, ya que señaló que la jurisprudencia "viene aplicando el eximente" cuando se tiene que dejar morir al hijo para salvar a la madre, mientras que el secretario general de Alianza Popular, Jorge Verstrynge, remitió sus respuestas a la opinión de su grupo, "con el que estoy totalmente de acuerdo", contestando con un no comment a las hipotéticas cuestiones personales.

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