_
_
_
_
_

Mohamed Atta durmió en dos hoteles de Salou los días 16 y 17 de julio

La policía investiga si se vio con otras personas

Jorge A. Rodríguez

El ciudadano egipcio Mohamed Atta, una de las cinco personas que secuestraron y estrellaron un Boeing 767 de American Airlines contra la torre norte del World Trade Center de Nueva York, pernoctó en dos hoteles distintos de Salou (Tarragona) los pasados días 16 y 17 de julio. La policía española confirmó ayer este dato, ocho días después de haber empezado a rastrear la pista de Atta durante esas fechas, aunque no se ha podido determinar si Atta mantuvo entrevistas en esa localidad y con quién.

Más información
La policía rastrea Rota y Benidorm
'Eran muy agresivos y discutían por todo'
La mayor caza al hombre de la historia de EE UU
Uno de los terroristas suicidas contactó con Irak
El Gobierno confirma que Mohamed Atta pasó dos veces por España

La confirmación de la presencia de Atta en Salou el pasado mes de julio fue comunicada el pasado miércoles al FBI por la policía española, pero lo cierto es que a las 48 horas de producirse el brutal atentado en Nueva York y Washington los agentes se personaron en el hostal Montsant de Salou. La misma policía norteamericana puso a la española en aviso de que Atta había viajado a España a mediados de julio.

Los agentes españoles se entrevistaron el pasado día 13 con el director del hostal Montsant y le mostraron un juego de fotografías de supuestos sospechosos. Entre ellas, la de Mohamed Atta. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía también interrogaron al dueño del hostal sobre la posible estancia de los sospechosos en ese establecimiento entre el 10 y el 20 de julio.

Por la exhibición de las fotografías, el dueño no pudo confirmar con certeza la presencia del que acabaría convirtiéndose en piloto suicida, pero la consulta del libro de registro confirmó la estancia de Mohamed Atta en el hostal Montsant el 17 de julio. La nacionalidad que consta es egipcia, junto a un turco que entró y salió el mismo día que él pero que es ajeno a todo. El problema que se planteó después es que Atta es un apellido muy común en Egipto, por lo que han tenido que pasar seis días para confirmar sin duda alguna que era esa persona.

'Vino solo, a primera hora de la mañana y con una bolsa de viaje', relataba ayer el dueño del hostal, Antoni Banyeres, concejal socialista -en la oposición- en el Ayuntamiento de Salou. 'Hablaba inglés, pidió que se le enseñara la habitación, le gustó y se quedó', continúa explicando el dueño. Pagó por adelantado y con tarjeta de crédito las 5.000 pesetas que costaba la habitación número 15 del establecimiento, situado en pleno centro turístico de Salou. Al parecer, con esa misma tarjeta también extrajo dinero en un cajero automático de la zona.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Pese a que el hostal Montsant está en pleno núcleo turístico de Salou, se trata de un edificio muy discreto en el que la intimidad de los clientes está más garantizada que en un hotel clásico, pues se les entrega la llave cuando acceden a la habitación y no la han de devolver hasta que parten. Además, el acceso a las habitaciones se realiza por una escalera independiente de la recepción del hostal.

Entrega de llaves

Atta no realizó ninguna consumición ni gasto en el hostal y el dueño ya no le volvió a ver hasta el día siguiente, 18 de julio, cuando a primera hora de la mañana entregó la llave y se marchó. El hostal está situado muy cerca de la estación de Renfe de Salou, pero hasta ahora no ha trascendido el medio utilizado por Atta para desplazarse a Madrid, donde cogió un avión con rumbo a Miami el día 19.

El día antes de hospedarse en el hostal Montsant, Mohamed Atta estuvo en otro hotel mucho más clásico, el Casablanca Playa, situado en primera línea de mar. Se trata de un establecimiento de 63 habitaciones donde pasaba mucho menos desapercibido. Al margen de su ubicación, la mayoría de los clientes de ese hotel son españoles o de otros países europeos, lo que probablemente le llevó a cambiar de hotel. Su propietario se mostró ayer muy hermético y declinó realizar cualquier comentario sobre la identidad de sus clientes, informa Lali Cambra.

Mientras tanto, los empleados de los establecimientos situados en los alrededores de ambos hoteles no podían esconder ayer su sorpresa por la presencia de Atta en Salou, una localidad con una población censada de 14.000 personas pero que en pleno mes de agosto llega hasta las 250.000. En julio la cifra es mucho menor y se sitúa en 180.000 personas. 'A lo mejor le he servido un café, pero no nos podemos sentir culpables de nada', afirmaba ayer la camarera de una cafetería situada a pie de playa que presentaba un aspecto inusual de sosiego.

En los hoteles la vida seguía igual, aunque las noticias de los diarios provocaban los comentarios de los clientes. Es el caso de dos cuñadas de Logroño, de 65 años, que acuden desde hace 10 años al hotel Casablanca por estas fechas. 'Nos da un poco de repelús saber que estuvo aquí, pero qué le vamos a hacer', explicaba una de ellas. Quien no siente esa misma aversión es un periodista alemán que anteayer llamó por teléfono al hostal Montsant y pidió que se le reservara la misma habitación en la que durmió Atta, probablemente para emular el supuesto itinerario del piloto suicida.

Hotel Casablanca de Salou (Tarragona), donde pernoctó Mohamed Atta el pasado mes de julio.
Hotel Casablanca de Salou (Tarragona), donde pernoctó Mohamed Atta el pasado mes de julio.JOSEP LLUÍS SELLART

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_