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LA POSGUERRA DE IRAK

Tropas de EE UU abren fuego y matan a tres iraquíes en otra protesta

Soldados de Tikrit se han refugiado en Faluga, controlado ahora por el clero chií

Jorge Marirrodriga

Menos de 48 horas después de que una manifestación en Faluga, 50 kilómetros al oeste de Bagdad, contra la presencia de las tropas de EE UU terminara con 13 muertos y decenas de heridos por disparos de soldados norteamericanos, ayer se repetían los incidentes, con un balance de tres muertos y unos 10 heridos según fuentes hospitalarias locales, que añadieron que entre las víctimas hay varios menores. Desde Bagdad, fuentes militares de EE UU insistieron en que sus tropas respondieron a un ataque directo, mientras las autoridades religiosas locales exigieron la salida de los soldados de Faluga.

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Al menos unas 2.000 personas, convocadas por las autoridades religiosas locales -suníes- partieron a las nueve de la mañana de ayer desde la mezquita de Faluga en dirección a la escuela que, desde hace cuatro días, utilizan las tropas estadounidenses como cuartel general en la localidad. Llegados a la escuela, que ha sido rodeada por alambre de espino, comenzaron a gritar consignas contra los soldados y a arrojar piedras y algunos zapatos en dirección a los militares. Poco después se escucharon disparos y los soldados de la 82ª División de Infantería Aerotransportada de EE UU dispararon sobre la multitud.

Según algunos manifestantes, se escucharon disparos al aire desde el interior de la muchedumbre, a lo que respondieron los estadounidenses con fuego directo. Otras versiones, siempre de los manifestantes, señalan que un convoy de cuatro vehículos todoterreno artillados, conocidos como Humvee, circulaba por delante de la escuela. Entonces, uno de los vehículos disparó al aire, algo que tal vez fue interpretado por los soldados como un ataque.

Por parte estadounidense, el capitán Mike Riezmüller aseguró que alguien disparó contra el convoy, y tanto los soldados a bordo de los vehículos como los apostados en la escuela contestaron al fuego agresor. Los heridos fueron llevados en volandas hasta el hospital local, que confirmó la muerte de tres de ellos. Anoche otras dos personas permanecían en estado crítico y los médicos no albergaban muchas esperanzas sobre sus posibilidades de recuperación.

Numerosa presencia militar

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La presencia militar en la localidad iraquí era ayer muy numerosa, con constantes patrullas de blindados y sobrevuelo de helicópteros de reconocimiento a baja altura. Las pequeñas discusiones entre soldados y civiles eran frecuentes. "Los americanos tienen que marcharse de la ciudad o al menos reducir su número", exigía ayer el imam Jamal Chaquir, responsable de la principal mezquita de Faluga, añadiendo que no había soldados iraquíes en la zona. Por la tarde, los líderes religiosos locales, que administran de hecho la ciudad, emitieron un comunicado en el que piden la retirada de las tropas de EE UU.

Faluga está situada en una zona de gran influencia suní y es un feudo de los hombres de Sadam Husein, en donde hasta la semana pasada las tropas estadounidenses no habían pasado de ostentar una presencia testimonial. De hecho, muchos de los soldados iraquíes que huyeron de Tikrit tras el desmoronamiento del régimen se encuentran refugiados entre Faluga y Ramada, al oeste de Bagdad y, agrupados en bandas de asaltantes, han dificultado las comunicaciones civiles por tierra con Jordania.

Las autoridades militares estadounidenses no consideran algo generalizado este tipo de hechos violentos en las manifestaciones contra su presencia en Irak, a pesar de que en sólo tres de ellos -Mosul a mediados de abril y los dos de Faluga esta semana- ha habido más de 30 muertos. De hecho, en la capital, Bagdad, se puede observar una progresiva relajación de la actitud de los militares de EE UU hacia la población local, que ha pasado del recelo y las estrictas medidas de seguridad iniciales a una relación más fluida. Por ejemplo, no es extraño ver cómo vehículos blindados se detienen ante establecimientos de comida y sus ocupantes descienden para almorzar, algo impensable hace sólo dos semanas.

Un hombre yace muerto ayer en una calle de Faluga, mientras otros iraquíes reclamaban seguridad.
Un hombre yace muerto ayer en una calle de Faluga, mientras otros iraquíes reclamaban seguridad.AP

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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