El terrorista pone en manos de la policía más papeles de ETA

La información que le fue requisada al ser detenido por primera vez a quien, al menos durante los dos últimos meses de 2002, era el cojefe de lo que se suele denominar el aparato militar de ETA Ibon Fernández Iradi, Susper, se ha revelado como una fuente inagotable para las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. En un piso de Tarbes y en otro de Pau (ambas ciudades del sur de Francia) los agentes encontraron documentación operativa, notas de autocrítica de la banda, datos sobre las medidas de seguridad que adopta ETA, listados de posibles aspirantes a etarras (uno de ellos con hasta 70 nombres), citas, agendas... Y 70 personas supuestamente captadas o captadores de la banda han sido detenidas a lo largo del año que ahora acaba.

La Comisaría General de Información ha exprimido al máximo la información, lo que ha permitido asestar duros golpes a ETA a ambos lados de la frontera, que ni siquiera la fuga de Susper logró frenar. Y ahora viene la segunda parte: tras su segunda captura, ayer por la tarde, ha sido localizada abundante documentación interna de la banda, que sin duda volverá a ser exprimida y pondrá algo más sobre las cuerdas a ETA.

Con Susper han caído otras dos personas, supuestamente la francesa Garazi Aldana, quien, en caso de que la identificación dactilar lo confirme, sería la hija del veterano etarra Miguel Angel Aldana Barrena, Gitanillo, que se encuentra actualmente en Venezuela, según informa la agencia Vasco Press.

El otro sería Francisco Abad Urquijo, hijo de un antiguo concejal de HB en Llodio, que estaba huido en Francia desde hacía meses ya que se le buscaba por su presunta vinculación de la organización juvenil ilegalizada Segi. El 15 de abril de 1997 fue detenido por la Ertzaintza acusado de formar parte de un grupo de violencia callejera que había provocado daños por valor de más de 100 millones.