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La reforma del Estatuto de Cataluña

Las bases fuerzan a ERC a volver al 'no' en el referéndum sobre el Estatuto

El PSC descarta de momento consecuencias para el tripartito pese a la postura de los republicanos

La dirección de Esquerra Republicana (ERC) se afanaba ayer por salir del atolladero en el que la han metido las bases al exigir en asambleas que la formación haga campaña por el no en el referéndum del Estatuto catalán aun a costa de tener que abandonar el Gobierno tripartito. Una vez desautorizada la opción defendida por la cúpula -dar prioridad al voto nulo o blanco-, la dirección se inclina ahora por una fórmula en la que el no sobresalga por encima de esas otras opciones. El PSC, socio principal del Gobierno catalán, se encuentra a la expectativa ante los titubeos de sus socios, y ayer dijo que la decisión de los republicanos, sea la que sea, no tendrá "consecuencias inmediatas", al menos antes del referéndum.

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"Mensaje recibido". El secretario general de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, resumió ayer con estas palabras el mensaje expresado por la militancia del partido en las 12 asambleas celebradas en la noche del pasado martes. Sólo en una de ellas fueron respaldados in extremis los postulados defendidos por la dirección de ERC ante el referéndum estatutario previsto, en principio, para el 18 de junio.

A la vista de tal descalabro, Puigcercós manifestó en rueda de prensa que la dirección "no puede ser autista ante lo que piensa una mayoría importante de la militancia". Por ello planteó modificar la resolución que hace apenas una semana aprobó la ejecutiva, con la única abstención de la rama juvenil del partido, y que abogaba por "priorizar" el voto nulo o blanco por encima del no. Ayer, Puigcercós expresó la única posibilidad que le queda a los republicanos y que es la de cambiar el sentido del voto inicial para hallar "una fórmula clarificadora que pueda hacer patente el rechazo". Con todo, el dirigente de ERC, aseguró no sentirse "desautorizado" por sus bases, pues aseguró compartir con ellas el sentimiento de "rechazo al recorte estatutario".

Puigcercós, sin embargo, dejó claro que la decisión final de ERC, que se tomará el próximo sábado en el Consejo Nacional del partido, deberá "compatibilizar diferentes opciones". Y es que en la cúpula nadie ha olvidado las recientes advertencias de sus socios de Gobierno -PSC e Iniciativa- en el sentido de que un no de Esquerra podría precipitar el fin del tripartito y la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña. Ayer, no obstante, estos socios trataron de mantener una actitud conciliadora con los republicanos a la espera de que ERC halle una salida a su conflicto interno. La vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, quiso dejar claro que la decisión final de Esquerra tendrá consecuencias, aunque afirmó: "No serán inmediatas". Desde Iniciativa, su vicepresidente, Jaume Bosch, se limitó a culpar a la dirección de ERC de lo ocurrido el martes: "Quien siembra vientos recoge tempestades".

Tanto en el PSC como en el Ejecutivo catalán la consigna es clara: aguantar el chaparrón y llegar al referéndum con la máxima unidad posible para lograr un holgado. Lo que ocurra después ya es harina de otro costal.

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Tampoco faltan en Esquerra las voces críticas con todo el proceso y con la misma dinámica interna del partido, con un marcado carácter asambleario. De entrada estas voces critican que doce asambleas, en las que no participaron más de un millar de militantes (ERC tiene 9.000) y a las que la única condición para asistir es estar afiliado, marquen la pauta a seguir en un referéndum en el que, según la última encuesta de la Generalitat, el 44,9% de los votantes de ERC apoyan el y apenas el 25% rechazan el Estatuto.

ERC se encuentra en una difícil encrucijada. La ejecutiva debía encontrar una solución el próximo viernes -la víspera del Consejo Nacional-, pero esa reunión está en el aire porque coincide con el debate del Estatuto en el Senado. ERC propuso al resto de los grupos sustituir a cuatro de sus diputados -entre ellos Josep Lluís Carod, para así poder asistir a la ejecutiva, pero se topó con el veto de CiU.

Un dirigente del partido mostraba ayer su "preocupación" por el efecto de arrastre en la posición oficial del partido que pueden tener los partidarios del no, que a su juicio estuvieron claramente sobrerrepresentados en las asambleas. La reflexión de este dirigente era clara: "No hemos sido capaces de hacer entender a nuestras bases de que Esquerra es hoy un partido de Gobierno, no un grupúsculo fuera del sistema". Pero el revés del martes no es el primero que propinan las bases a la actual dirección. Ya en 2004 el equipo de Carod Rovira y Puigcercós perdieron el pulso ante sus bases al intentar que el partido abandonara su sistema asambleario para homologarse al resto de partidos.

Ayer, en la dirección, había quien abogaba por seguir los pasos del PSOE en 1978, cuando Felipe González renunció a presentarse a la reelección como secretario general ante el rechazo de las bases a que el partido abandonara su definición marxista. "Una vez logrado su objetivo, González regresó", recordaron estas fuentes.

El presidente de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, y la vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, durante la sesión de ayer en el Senado.
El presidente de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, y la vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, durante la sesión de ayer en el Senado.EFE

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