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CAM y Cajastur superan sus diferencias y acuerdan hoy la fusión

La caja asturiana flexibiliza sus posiciones para favorecer el pactoEl sindicato opina que las cajas desaparecerán

Los consejos de administración de Caja Mediterráneo (CAM), Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria aprobarán hoy el contrato definitivo del SIP (Sistema de Protección Institucional) o fusión fría. Un mes y medio después de que las cuatro entidades financieras anunciaran un acuerdo para crear la tercera caja de ahorros española, los consejos de administración respectivos han sido convocados a las cinco de esta tarde para dar luz verde al contrato definitivo.

El pacto se produce después de que CAM y Cajastur hayan protagonizado durante semanas un enfrentamiento por el reparto del poder en la futura entidad. Todavía ayer, la cúpula de la caja alicantina negociaba para cerrar los flecos del contrato que hoy aprobará el consejo de administración.

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Los desacuerdos entre ambas entidades nunca fueron tan importantes como para poner en riesgo el SIP, pese a que algunos sectores de la CAM amenazaran en un determinado momento con negarse a la fusión. Esas amenazas formaban parte de una estrategia de presión sobre Cajastur, pero poco a poco fueron desapareciendo del escenario de la negociación para dar paso a una idea central: Caja Mediterráneo aceptaba los términos en los que se firmó el SIP, pero se negaba a que los poderes del nuevo consejero delegado, el asturiano Manuel Menéndez, fueran irrevocables.

El protocolo de intenciones establece que Menéndez ocupará este cargo durante seis años, prorrogables por otros tantos si ambas cajas no lograran ponerse de acuerdo en su sustituto. El SIP establece que determinados acuerdos deben tomarse por mayorías cualificadas. El protocolo también establece un plan de integración de las cuatro entidades. La tensión entre la CAM y Cajastur estalló cuando la primera entendió que Menéndez exigía poderes absolutos irrevocables para formar su equipo directivo, marginando a la caja alicantina. La cúpula de la CAM no aceptó el trágala y forzó reuniones maratonianas; algunas llegaron a las ocho horas y ocasión hubo en que los asturianos llegaron a levantarse de la mesa.

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Las aguas, sin embargo, poco a poco, empezaron a volver a su cauce. Ayer mismo, fuentes del SIP reconocían que los asturianos habían flexibilizado su postura inicial con el objetivo de "favorecer la integración de la CAM con más comodidad". Esa flexibilización se trasladará al contrato definitivo con una fórmula de reconocimiento del equipo directivo de la caja de Alicante. En definitiva, más poder en el futuro consejo de administración para los alicantinos.

Estas mismas fuentes precisaron que en ninguna parte del protocolo de intenciones, ni en el contrato definitivo del SIP, aparece referencia alguna a los poderes irrevocables para Manuel Menéndez; pero sí que dejaron claro que el consejero delegado tendrá capacidad de gestión para liderar día a día la entidad.

Fuentes cercanas a la negociación no descartan que el Banco de España hubiera intervenido de manera sutil para desbloquear una situación que amenazaba con dificultar el arranque del SIP de la que será la tercera caja de ahorros española y proyectara una mala imagen de la reconversión financiera impulsada desde el emisor.Lo que no ha variado en absoluto es la oposición sindical a esta fusión fría. El sindicato Sicam, a finales de junio, presentó, entre otras iniciativas, un requerimiento por la vía administrativa dirigido a la Comisión Nacional de la Competencia con el que pretendía paralizar el SIP al considerar que Cajastur tiene una "posición dominante" pese a ser más pequeña que la CAM. Y ayer, junto a la Asociación Independiente de Profesionales de Ahorro (Asipa) y la Federació d'Estalvi de Catalunya recurrió también el decreto de modificación de la Lorca (ley de cajas de ahorros).

El representante del sindicato en el consejo solicitará el rechazo al SIP porque supone la desaparición de las cajas de ahorros, según adelantó su secretario general, Manuel Navarro.

La CAM cierra hoy un tortuoso camino en busca de una fusión que arrancó a finales del año pasado cuando se hicieron públicas las primeras negociaciones con Cajamurcia para lograr un socio. El acuerdo quedó aparcado en aquel momento, hasta que en pleno proceso de reestructuración del sector de las cajas de ahorros volvió a hacerse pública la negociación de las dos cajas, justo el día en que el principio de acuerdo saltaba por los aires ya con el consejo de administración de la CAM convocado para aprobar una fusión al día siguiente.

A partir de ese momento, la presión del Banco de España llevó a la entidad alicantina a negociar contrarreloj un acuerdo de fusión con otras entidades. La CAM hasta entonces había insistido en su capacidad de seguir en solitario, pero el discurso quedó finalmente aparcado. Y empezaron a desfilar nombres. Tras el fracaso de los contactos con Cajamurcia, se resucitó brevemente el proyecto de fusionar la CAM y Bancaja, pero los informes técnicos evidenciaron la inviabilidad de esta opción. Caja Madrid estuvo en todo el proceso como la opción favorita del Banco de España, pero la CAM trató de evitar esta unión por todos los medios. Kutxa fue una de ellas, pero la debilidad negociadora de la caja alicantina, cuya presión era pública, hizo que las demandas de sus novios fueran siempre excesivas.

Después se anunció la citada alianza con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, que dará lugar a la creación de un banco en el que la CAM, pese a aportar la mitad de los activos, tendrá el 40% (como la entidad asturiana). El máximo directivo del banco será Menéndez y habrá dos direcciones generales, una de la CAM y la otra de Cajastur.

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