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Las consecuencias del debate más crítico

Los socialistas, aliviados por mantener puentes tendidos a otros grupos

El PP se reafirma en apostar todo el debate a exigir elecciones anticipadas

José Luis Rodríguez Zapatero entró el miércoles al hemiciclo completamente solo, sin ningún apoyo más que el de su grupo. Y, lo que es peor, había la impresión de que esa soledad era difícilmente reversible. Pero ayer salió de su quinto debate del estado de la nación con los puentes tendidos a acuerdos con otros grupos parlamentarios. Es lo mínimo que ha podido conseguir, pero suficiente para tener oxígeno para una temporada. "Hemos conseguido abrir espacios de encuentro con otros partidos", apuntan con satisfacción en la dirección socialista.

Era más que evidente la sensación de alivio que ayer rezumaba el Grupo Socialista y los ministros al terminar el debate. Las últimas palabras de Zapatero, además, fueron para reiterar "su compromiso de colaboración con todos los grupos políticos". El presidente del Gobierno abandonó el Congreso cerca de las dos de la tarde con aire relajado y quizá no era para menos. Su oferta de pactos no fue en general sino exclusivamente para las reformas estructurales en marcha: reforma laboral, de pensiones, política energética y sector financiero.

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En efecto, CiU se mostró dispuesto a negociar estas reformas. Después, le dará la espalda, previsiblemente.

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Tan duro como Josep Antoni Duran Lleida, portavoz de CiU, se mostró Josu Erkoreka, del PNV, pero también mantiene la mano tendida para negociar no solo las reformas sino también los Presupuestos para 2011. La portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, con naturalidad, recordó su disposición a llegar acuerdos, porque lo importante es solucionar los problemas de la sociedad. Es más, pidió a Zapatero que trabajara por llegar a acuerdos estables "hasta que acabe la legislatura". Oramas, cuyo partido forma coalición de Gobierno con el PP en Canarias, afeó la petición de Rajoy de pedir elecciones. Rosa Díez, portavoz de UPyD, también lo hizo, aunque recordó que inauguró esa demanda hace un año.

Pero esa soledad en la petición de elecciones aparentemente no perturba al PP. Su líder, Mariano Rajoy, apostó todo el debate por colocar la tesis de que Zapatero "es el problema" y que lo único "útil" que puede hacer ya por España es convocar elecciones. La portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, sostuvo ayer que el Gobierno no tiene propuestas. Como antítesis se situó el portavoz socialista, José Antonio Alonso, para quien es el PP quien no propone nada, "obsesionado por las elecciones".

Pero al PSOE le queda aún la prueba de la votación de las resoluciones, el próximo martes, como broche de debate. Los textos que ayer preparaban Alonso y el secretario general, Eduardo Madina, tenían como objetivo "reforzar la acción del Gobierno". Habrá resoluciones sobre el aborto, política financiera y económica, energética y social. Otra en el área de turismo, para "extender la marca España como país de progreso y modernidad". No ocultan que la idea les ha venido por el triunfo en el Mundial de fútbol.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero, durante la segunda jornada del debate.
El presidente José Luis Rodríguez Zapatero, durante la segunda jornada del debate.CRISTÓBAL MANUEL

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