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La nueva izquierda 'abertzale'

La nueva Batasuna rechaza a ETA pero no pide en público su disolución

Los portavoces de Sortu registran sus estatutos en Interior pero se niegan en su presentación ante la prensa a condenar los atentados de la banda

La izquierda abertzale presentó ayer unos estatutos que por primera vez rechazan la violencia hasta en seis ocasiones, incluyendo "abiertamente y sin ambages" a ETA; afirman que no aceptarán ser instrumentalizados por una organización terrorista; y obligan a sus representantes, cargos y militantes a rechazar de forma "inequívoca y firme" cualquier acto de violencia o terrorismo, a sus autores y también a quienes los "fomenten, amparen o legitimen". Pero la letra de sus estatutos no impidió que los cinco representantes de Sortu (nacer o surgir, en euskera) que viajaron a Madrid para presentarlos en el registro del Ministerio del Interior, todos ellos sin trayectoria política ni peso por el momento dentro de la izquierda abertzale, fueran incapaces de pedir a ETA, ante las preguntas de los periodistas, que se disuelva y entregue las armas.

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La comitiva estaba formada por Maider Etxebarria -secretaria general del nuevo partido-, Xabier Artola, Rakel Jausoro y Karmele Agirregabiria -los otros tres miembros de la comisión permanente de Sortu según los estatutos- y por el catedrático de Periodismo de la Universidad del País Vasco Iñaki Zabaleta, que fue el encargado de leer un manifiesto ante los periodistas en el que se reiteraban ideas ya expuestas el lunes en Bilbao por Rufi Etxeberria y el abogado Iñigo Iruin y en el que se pedía al Gobierno y a la judicatura que actuaran "en interés de la justicia" permitiéndoles constituirse como partido político. El texto insistía en que la formación no es la "continuidad de nada" y en que "nadie fagocitará" -en clara referencia a ETA- a un partido que se ha comprometido a trabajar "exclusivamente a través de las vías políticas".

No estaba previsto que hubiera turno de preguntas, pero Zabaleta acabó aceptando algunas de forma muy confusa y esquiva. Y no salió airoso de la prueba. "¿Va a pedir Sortu la disolución de ETA? ¿Van a reunirse con las víctimas del terrorismo? ¿Su rechazo a la violencia incluye los atentados del pasado?", quisieron saber los periodistas. Zabaleta, visiblemente incómodo y nervioso, contestó que no era el momento de referirse a esas cuestiones y se limitó a insistir en su rechazo a la violencia de todo tipo incluida la de ETA, en su independencia de la banda terrorista y en que Sortu supone "una ruptura total y completa con el pasado". Respondió sin contestar, dando rodeos, y fue incluso incapaz de recordar que el Acuerdo de Gernika, impulsado por la izquierda abertzale en septiembre de 2010, incluía una petición pública a ETA para que realizara una declaración de alto el fuego que fuera "expresión de su voluntad para un abandono definitivo de las armas".

Le preguntaron también por qué tendrían que fiarse el Gobierno, los jueces o la sociedad de que la nueva izquierda abertzale realmente ha cambiado y no forma parte de la estructura de ETA. Zabaleta optó por pedir una "oportunidad" para demostrarlo, reconociendo que "la confianza" no aparece de la nada sino que "se crea, crece y se gana".

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Los miembros de Sortu estuvieron acompañados en la rueda de prensa por el dirigente del Sinn Fein Alex Maskey, asesor habitual de la izquierda abertzale, y por el letrado británico Bill Bowring, presidente de la Asociación Europea de Juristas por la Democracia y los Derechos Humanos, que hicieron referencia al proceso de paz norirlandés y pidieron al Gobierno español que no deje pasar esta "oportunidad". "Es importante ver a la nueva formación como un paso al que seguirán otros", declaró Bowring a este periódico tras las dudas generadas entre los periodistas por las oscuras respuestas de Zabaleta. "Es difícil que llegue todo de golpe. Pero lo que plantea este partido es, sin duda, un paso crucial en la buena dirección que era impensable hasta hace poco tiempo. Por eso he venido a apoyarlo". Antes de la rueda de prensa, Maskey y Bowring acompañaron al Ministerio del Interior a los cinco representantes de Sortu para presentar los estatutos de la nueva formación en el registro. A la salida posaron ante los medios sonrientes mientras Maider Etxebarria, la secretaria general, sostenía y enseñaba la hoja sellada.

Después se trasladaron al Club de Amigos de la Unesco para leer el manifiesto, una asociación con sede en la céntrica plaza madrileña de Tirso de Molina, que suele acoger actos de movimientos sociales de izquierdas -sobre feminismo, memoria histórica o la causa palestina- y que ha sido usado en un par de ocasiones por la izquierda abertzale. La sala, en un primer piso de un edificio antiguo, y que no suele acoger actos multitudinarios, estaba abarrotada. La izquierda abertzale había tratado de celebrar la rueda de prensa en un hotel, pero el establecimiento se negó a recibirlos después de enterarse de quiénes eran y del contenido de la comparecencia.

El Ministerio del Interior remitirá ahora a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado los estatutos del nuevo partido con elementos probatorios sobre su posible ilegalidad para que sean finalmente los tribunales (una sala especial del Tribunal Supremo y el Constitucional) los que decidan sobre la presencia de Sortu en las próximas elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo. Tienen 20 días para hacerlo. Interior aportará informes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado examinando la trayectoria de los promotores y dirigentes y cualquier dato que pueda aportar luz sobre si Sortu es o no un nuevo instrumento político de ETA. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se limitó a decir que "hay que esperar" para conceder o no credibilidad a la nueva formación.

Integrantes de la nueva formación de la izquierda <i>abertzale,</i> durante su presentación ayer en el Club de Amigos de la Unesco,
en Madrid.
Integrantes de la nueva formación de la izquierda abertzale, durante su presentación ayer en el Club de Amigos de la Unesco, en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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