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Del veraneo con Rajoy al ostracismo en el PP

Las familias de ambos líderes compartieron vacaciones en el yate del presidente de Sol Meliá

El PP vive el caso Matas como un auténtico drama interno. El partido que llegó al poder en 1996 con una idea de fuerza de José María Aznar -"el PP es incompatible con la corrupción"-, empujado por el hartazgo de las corruptelas socialistas de los 90, comprueba desolado cómo uno de sus grandes referentes de los últimos años es acusado de gravísimos delitos. Matas no es un cualquiera en el PP, insisten sus dirigentes. Fue el ministro del Plan Hidrológico Nacional, fue presidente de Baleares dos veces y era muy amigo de Mariano Rajoy, hasta el punto de que ambos veraneaban juntos con sus familias en las islas, en el yate del presidente de Sol Meliá, Gabriel Escarrer. Ahora Rajoy está totalmente distanciado de él, algo que le ha sucedido con la mayoría de los dirigentes veteranos, con la excepción de Federico Trillo y Javier Arenas. Rajoy y Matas, otrora uña y carne, no hablan hace mucho tiempo, según el entorno del líder. Esa distancia que Rajoy ha puesto con Matas quedó ayer en evidencia, tras las declaraciones del presidente del PP: "Le deseamos lo mejor al señor Matas y que se defienda y... En fin, si puede, que demuestre su inocencia".

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Tal vez por esa relevancia que tuvo el ex ministro, el PP se resistió hasta el último momeno a suspenderle de militancia. Y finalmente ha sido el propio Matas quien la ha pedido. Últimamente, el PP ha actuado mucho más rápido ante los conflictos internos que ante las sospechas -e imputaciones- de corrupción de sus miembros.

A Ricardo Costa, uno de los casos más conocidos y recientes, le suspendieron de militancia de forma automática y sin llamarle siquiera por teléfono -se enteró por los medios- por insinuar que seguía siendo secretario general del PP valenciano. El vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, también está castigados sin militancia desde hace meses por una entrevista en la que opinaba que las maniobras de Esperanza Aguirre para hacerse con el control de Caja Madrid eran "de vómito".

Incluso mucho antes de que ayer se le suspendiera de militancia Matas ya había confesado algo teóricamente inaceptable en un político: el ex ministro niega haber cobrado comisiones, pero sí reconoce que manejó mucho dinero negro, al menos 400.000 euros, provenientes, según su versión, de un alquiler que cobraba su madre en una finca. El PP tampoco ha sido estricto con otros casos, como el de Carlos Fabra, que, al margen de otros posibles delitos, no logra justificar ante Hacienda 600.000 euros sin declarar.

La dirección nacional asegura ahora que Rajoy se distanció de Matas desde el primer momento en que dejó la política, sin embargo el propio Matas le contó al juez que durante el primer año completo desde que abandonó la escena pública, el PP le pagó todos los meses un sueldo de 5.000 euros brutos , que nadie sabe en concepto de qué cobraba.

En cualquier caso, y a pesar de esa resistencia para echarle del partido, ahora la distancia de la dirección nacional con Matas es evidente. Rajoy no ha salido en ningún momento a apoyarle, al contrario de lo que hizo con Bárcenas o con Francisco Camps. Y prácticamente nadie de la dirección nacional, ni siquiera de la de Baleares, le ha llamado para interesarse por su situación. "Él se fue a Estados Unidos y rompió con todo y con todos. Ya no quiso saber nada del PP balear ni de nadie. Es lógico que no le llamen", asegura un dirigente. Todos en el PP coinciden en la misma idea: "Hay que respetar la presunción de inocencia, pero esto tiene muy mala pinta".

Los dirigentes más veteranos están a la vez sorprendidos y consternados. "Es alguien muy importante para el partido, sobre todo anímicamente. Todos teníamos buena relación con él. Viene de una familia humilde, republicana, y nunca vimos nada raro. Aunque ahora parece evidente que en los últimos años su nivel de vida cambió", sentencia uno de ellos. "Las imágenes constantes estos días de Matas con todo el PP, con Rajoy, hacen mucho daño", admite otro.

En un intento de alejarse de la herencia de Matas, el PP de las islas ha cambiado por completo, y la dirección nacional ha aupado al frente a José Ramón Bauzá, un alcalde (de Marratxí) que no tuvo ninguna vinculación con los gobiernos autonómicos del ex ministro, de los que han salido los grandes escándalos de corrupción como el del Palma Arena. A ese cambio se aferra Rajoy y su equipo para tratar de alejarse de la peligrosa sombra de Matas ahora que las encuestas sonríen al PP.

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