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Estados Unidos expulsa a 14 diplomáticos cubanos tras acusarlos de espionaje

El Departamento de Estado asegura que realizaban "actividades perjudiciales para EE UU"

La creciente ola de represión en Cuba, que en el último mes se ha traducido en el fusilamiento de tres personas y en penas de hasta 28 años de cárcel para 75 disidentes acusados de conspiración, ha hecho mover ficha al enemigo histórico del castrismo: Estados Unidos. Washington ha ordenado hoy la expulsión de 14 diplomáticos cubanos, siete de ellos acreditados ante la ONU y los demás pertenecientes a la sección de intereses de la isla en la capital estadounidense, tras acusarlos de espionaje, según han informado fuentes del Departamento de Estado.

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En la orden de expulsión, incluida en una carta enviada a la misión de Cuba ante la ONU, se asegura que los diplomáticos realizaban "actividades consideradas perjudiciales para EE UU", lo que en lenguaje diplomático significa espionaje, han informado hoy fuentes estadounidenses.

La expulsión se hará efectiva en los próximos 10 días, según las mismas fuentes, que ha confirmado que la decisión ha sido comunicada a la parte cubana para que tome las medidas correspondientes. La drástica medida no hace otra cosa que reflejar la tensa situación que atraviesan las relaciones entre Washington y La Habana.

Un cambio de política

A raíz de los encarcelamientos de los disidentes, a los que La Habana acusó de estar a sueldo de Washington, el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, dijo el pasado 28 de abril que Washington "revisará su política hacia Cuba". "Estamos revisando todas nuestras políticas y nuestro enfoque hacia Cuba a la vista de lo que creo que es un situación de deterioro en los Derechos Humanos dentro de Cuba", dijo Powell.

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En los últimos meses, en Washington se ha hablado mucho de las posibles medidas que la administración del presidente George W. Bush podría tomar hacia Cuba y del eventual endurecimiento de las sanciones estadounidenses que pesan sobre La Habana.

Según diversas fuentes, entre las medidas consideradas se incluye la suspensión del acuerdo bilateral sobre emigración firmado en 1994, según el cual EE UU puede conceder en cada año fiscal estadounidense -de octubre a septiembre- 20.000 visados a cubanos.

Otra de las maniobras que estaría considerando Washington para castigar al régimen de Fidel Castro es suspender los vuelos chárter que actualmente operan entre ambos países, y limitar o suspender los envíos de dólares que los cubano-americanos realizan a la isla.

La última vez que se decidió una expulsión de diplomáticos cubanos fue en noviembre del año pasado, cuando dos miembros de la sección de intereses cubanos en Washington y dos de la misión ante Naciones Unidas fueron expulsados de Estados Unidos por espionaje.

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