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Reportaje:El Barça presenta a su nuevo entrenador

"Eto'o y Ronaldinho no entran en mi cabeza"

Guardiola descarta a las dos estrellas y a Deco para el próximo año y dice que no tolerará "la falta de esfuerzo"

Jordi Quixano

Se acabó lo que se daba. En su presentación en sociedad como nuevo técnico del Barcelona, Josep Guardiola (Santpedor, 1971) dejó claro su librillo, que pasa por ser tan generoso con los aplicados como estricto con los rezagados o gandules. Con la palabra por bandera y el esfuerzo como baremo, el entrenador contagió sus ilusiones, ambiciones y preocupaciones. "Comienza la era Guardiola", vaticinó con orgullo y elocuencia Joan Laporta, el presidente, al tiempo que exigió entre líneas un fútbol ofensivo y acorde a la historia reciente del club. "Pep [a partir de entonces se corrigió y le llamó Josep] ha encontrado el equilibrio entre el fútbol serio, el moderno y el que nos gusta a los barcelonistas, que es de ataque", proclamó. Guardiola, que articuló un discurso directo y en ocasiones hasta lapidario por lo convincente de sus palabras, recogió el guante sin rubor alguno: "Soy fan del juego de ataque por una razón muy simple: si el balón está en el campo contrario, estoy tranquilo; si está en el nuestro, no". Todo, eso sí, con el vestuario saneado y el patrón definido en el banquillo. Se terminó, según se desprendió de sus palabras, la autogestión de la plantilla, la penitencia que padeció y derrocó a Frank Rijkaard en los dos cursos anteriores. No tienen sitio Deco, Eto'o ni Ronaldinho: "Ninguno de los tres entran en nuestra cabeza".

"Lo que aseguro es que este equipo correrá. Creo en la fuerza de la palabra"
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Guardiola, que ascendió hace tres días al filial de Tercera División a Segunda B -ahora lo llevará Luis Enrique-, no se anduvo por las ramas. Entre otras razones, porque no escondió su participación novel al frente de un banquillo. "No niego que esté aquí por lo que hice como jugador. Tengo 37 años y mi único mérito como técnico es que me han escogido. No soy ni mejor ni peor que otros, pero no tengo miedo", sostuvo. Pero Txiki Begiristain, director deportivo azulgrana, le corrigió: "Está aquí por cómo ha dirigido al filial; por los movimientos tácticos, los cambios durante el partido, los automatismos, y porque hace grupo y tiene ambición". Y Laporta remató: "Tiene todas las cualidades para ser el mejor o uno de los mejores técnicos para el Barça. Transmite entusiasmo. Tiene actitud ganadora y de trabajo. Estoy seguro de que nos dará muchos éxitos". Guardiola volvió a pedir la palabra. "Voy a tener una plantilla para no quejarme. Creo en el trabajo, en el esfuerzo y en el talento y siento que no voy a fallar. Será duro, pero creedme que persistiré", resolvió con firmeza; "no estoy para pedir tiempo ni quiero 100 días de gracia. Sé cuál es la situación del club y hay que trabajar rápido y bien. Estoy convencido de que la gente estará orgullosa de nosotros".

En los planes de Guardiola, en cualquier caso, no hay lugar para Deco, Eto'o ni Ronaldinho. "Consideramos una plantilla sin ellos. Es cuestión de rendimientos, de cosas poco tangibles en ocasiones", aclaró; "si supiera que Ronaldinho y Eto'o me marcarán 60 goles, me los quedaría sin dudar. Pero no lo sé". Carpetazo a la complacencia, al absentismo laboral y a las salidas de tono. "No sé si el vestuario está viciado porque no he estado dentro. El pasado no importa. Reset. Lo que aseguro es que este equipo correrá. No toleraré la falta de esfuerzo", advirtió; "e intentaré seducir a los jugadores porque creo en la fuerza de la palabra. El talento depende de la inspiración, pero hay que convencerles de que solos son poca cosa". Y se reafirmó en su concepto: "No entiendo un vestuario sin gritarnos, sin abrazarnos, con unas normas consensuadas". Tampoco quiere intromisiones en su trabajo. Cerrará el Miniestadi los días previos y posteriores a los partidos para prepararlos con tranquilidad.

Todo bajo control. El técnico azulgrana no quiere sorpresas. Así, también lleva la voz cantante en los fichajes con vistas al próximo ejercicio. "Básicamente, yo pongo las líneas a seguir y el club paga", destapó; "el 9 es primordial. También interesa un extremo, pero más el delantero centro. Que meta 60 goles y que sea complementario con los otros delanteros". Y tuvo un momento para bromear al tiempo que hacía toda una declaración de intenciones. "¿Si me gustaría contar con Cristiano Ronaldo? No, no", dijo con sorna; "pero sí el trono que tienen este año en Europa". Lo único que se le escapa a Guardiola es la moción de censura, que se celebrará el 6 de julio. "Ese día saldrá reforzado el club. Ojalá fuéramos todos a votar", solicitó. Pero pronto se centró en lo suyo: "Tengo tanta satisfacción como responsabilidad al estar en un club tan extraordinario. Hay que asegurarse de que la gente se enganche de nosotros". Guardiola tiene el mando.

Eto'o y Ronaldinho, cara a cara en lalistaWIP

Guardiola, ayer en su presentación con el Barça ante un cartel del equipo campeón de Europa en 2006.
Guardiola, ayer en su presentación con el Barça ante un cartel del equipo campeón de Europa en 2006.REUTERS

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