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Pedrosa se rompe la clavícula

El español se cae tras chocar con Simoncelli en una carrera ganada por Stoner

Muchos nombres propios. Poco cajón para tanta Honda. Mucho talento. Más ambición. Algún error y alguna desgracia. Le Mans asistió a la confirmación de la máquina más potente y completa de la parrilla, la Honda. El circuito francés asistió al genio de Casey Stoner; a la felicidad de Dovizioso; al retorno de Valentino Rossi; a la mala fortuna de Dani Pedrosa; al riesgo de Marco Simoncelli; a la tozudez de Lorenzo. Le Mans asistió a una carrera mayúscula en la que hubo de todo. Hubo un piloto, Stoner que volvió a liderar la prueba de cabo a rabo, que retó sus colegas de equipo a ritmo de vuelta rápida, y que se marchó, llegado el ecuador de la prueba, a pelearse consigo mismo y con el asfalto, pues nadie más era capaz de acompañarle en el camino.

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Hubo otro piloto, Simoncelli, con ganas de demostrar que es rápido y ha madurado, que las críticas eran infundadas, que podía subirse al podio, que ni se cae, ni hace caer. Erraba. Se cayó en Jerez, cuando aspiraba a ganar la prueba, se cayó en Estoril, también, y en una maniobra arriesgada provocó la caída de Dani Pedrosa este domingo en Le Mans cuando marchaba segundo y ya se veía por vez primera en el podio de una carrera de MotoGP. Pedrosa, a quien parecen perseguir las desgracias, aún renqueante de la segunda operación en su clavícula izquierda, se ha fracturado ahora la derecha. El italiano alcanzó al español a once vueltas para el final, le había recortado dos segundos en apenas cuatro giros. Y en cuanto lo tuvo a tiro, le adelantó. Ocurrió que el catalán no se da por vencido tan fácilmente; y dos curvas después le había vuelto a ganar la posición. Pero Simoncelli, que parece sigue siendo el mismo piloto que dos años atrás y por eso sigue recibiendo críticas por su agresividad en la pista, trató un adelantamiento imposible, por fuera, a la entrada de la chicane -sucesión de curvas-, cuando era Pedrosa el que tenía el interior ganado. El de Cattolica le tumbó. Y el menudo piloto, también con una Honda, rodó por los suelos. Fractura de clavícula. Otra vez.

Hubo otro piloto, Dovizioso, cansado de ser un segundón, con la moral lastimada al comprobar que en su taller, donde hay dos monstruos como Stoner y Pedrosa, nadie le aplaude a él. Sin embargo, tras el cuarto puesto en Estoril, donde le robó la cartera a Rossi en la entrada a la meta, recuperó algo de esperanza al terminar en la segunda posición, tras una escalada importante, tras batirse a dos pilotos brillantes como el mismo Rossi o Jorge Lorenzo. Estos tres andaban a la greña en un segundo grupo que dio espectáculo, del bueno, con adelantamientos limpios y espectaculares. Primero fueron Lorenzo y Dovizioso. Luego éste último con Rossi. Y fue el de Honda el que salió vencedor. Claro que, después de cómo se sucedieron los acontecimientos en las últimas vueltas, con Pedrosa fuera y Simoncelli retrasado -el italiano fue obligado a pasar por el pasillo de talleres en penalización por la maniobra-, tanto el podio de Rossi, el primero con la Ducati en una carrera magnífica del nueve veces campeón del mundo, como el cuarto puesto de Lorenzo, que sigue siendo líder del mundial y es consciente del poderío de las Honda -"lo que le falta a la Yamaha ya lo pongo yo en pista", repite últimamente, y no le falta razón, son un excelente resultado.

Dovizioso, Stoner y Rossi en el podio de Le Mans
Dovizioso, Stoner y Rossi en el podio de Le MansMICHEL SPINGLER (AP)

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