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"Su lucha nos ha inspirado a todos"

El mundo del golf despide a su mejor embajador: "No es que Ballesteros influyera, es que lo ha sido todo en este deporte"

Suena el teléfono. Una voz femenina descuelga y ofrece un "hola" muy risueño. Se pasa al inglés, le cambia el tono y concede: "Es un día emotivo, difícil, y muy triste". La noticia todavía no era oficial, pero los peores temores, confirmados esta madrugada con la muerte del golfista a los 54 años, se extendían como la espuma. Son las cinco de la tarde en el campo de golf de El Prat, en Terrassa. Se celebra la segunda jornada del Abierto de España, aquel que Severiano Ballesteros ganó por primera vez en 1981; aquel con el que el golfista cierra su brillante palmarés, pues fue precisamente este torneo el último que el cántabro ganó, en 1995. Y en torno a uno y otro hoyo, pulcramente vestidos, un montón de golfistas que guardan en la memoria los golpes de Seve.

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Entre ellos, uno de sus mejores amigos, José María Olazábal, uno de los pocos conocedores de antemano del delicado estado de salud de su colega. A media mañana recibió, por boca de unos pocos periodistas, una noticia que ya conocía. Y apenas fue capaz de explicar que estuvo con él el sábado después del Masters de Augusta, celebrado a mediados de abril. Ya entonces, su salud empeoraba. Rompió a llorar, irremediablemente, en el hoyo 17. Miguel Ángel Jiménez, también inquirido por la prensa, solo pudo balbucear lo evidente: "No podemos hablar". Ambos, conmocionados, se alejaron de las cámaras y los bolígrafos.

Otro de los veteranos, Colin Montgomerie, relataba cómo se sintió cuando vio un vídeo que había grabado Seve para sus compañeros el pasado enero. "Nos deseaba suerte para el torneo en Tailandia. Y cuando vi sus ojos, supe que era el final". Efectivamente, su depauperación física en los últimos meses era evidente. Fueron sus amigos, aquellos que más momentos compartieron con él, quienes menos se dejaron ver. El dolor les obligó a recluirse y no compartir aquellas horas de angustia. De hecho, Olazábal, se marchó rápidamente a su hotel, donde mascullaba si anunciar su retirada del torneo o seguir con la competición.

Y por la tarde, a medida que iban cerrando su jornada, un buen puñado de deportistas españoles que sueñan, conscientes de lo imposible, con tener algún día el talento de Ballesteros, cambiaban los palos por las palabras de reconocimiento." Seve dio los primeros pasos. Y fueron pasos muy importantes. Muchos de nosotros no estaríamos hoy aquí sin él. Quiero dar muchos ánimos a su familia, aunque en el caso de Seve, la familia somos todos", afirmó Nacho Garrido, hijo de Antonio Garrido, uno de los primeros golfistas, junto a Ballesteros, que cruzó fronteras. "Esta es una noticia muy triste para el golf, como ya lo fue la de su enfermedad. Pero, afortunadamente, los recuerdos que tengo de Seve son muchos", zanjó.

A Alvaro Quirós, el golfista español del momento, de apenas 28 años, la noticia le pilló en el campo: "No es que Ballesteros haya influido en el golf, es que lo ha sido todo en este deporte. Antes de que él llegara todo se movía en torno a los británicos", dijo preguntado por la importancia de la figura de éste. Y a Pablo Martín, que perdió a su padre hace un año, también víctima de un cáncer, se le quebró la voz: "Ha sido un ejemplo impresionante durante su carrera, pero también en estos tres últimos años de lucha contra el cáncer".

"Era espectacular ver cómo nunca se daba por vencido, pegado al drive; siempre a por el birdie", decía entusiasmado Pablo Larrazábal, quien apenas sabe de su estilo por los vídeos que ha visto desde pequeño: "Su lucha en los últimos años nos ha inspirado a todos", añadió.

Pero no solo el mundo del golf empezaba a vestirse de luto. Las condolencias llegaban de todas partes. Desde Cantabria, por supuesto, donde el presidente Miguel Ángel Revilla deseaba que no ocurriera "lo peor" y confesaba haber visitado recientemente al deportista: "Presumía de la fortaleza que tenía en las piernas y en los brazos. Era una persona extraordinaria y entrañable".

Desde la Caja Mágica, uno de los exponentes del deporte español de momento, Rafa Nadal, agotaba los elogios: "Seve es de los grandes de España, un referente. He tenido la suerte de conocerle y de jugar con él. La vida a veces es cruel. Estos años ha estado pasando un calvario, y aún así ha sacado fuerzas de su interior para hacer cosas, para atender a los compromisos de su Fundación... Es un ejemplo para la sociedad y para los niños. Les mando muchos ánimos a él y a su familia", concluyó.

Miguel Ángel Jiménez, ayer en Barcelona, donde el mundo del golf vivía conmocionado los últimos momentos de Severiano
Miguel Ángel Jiménez, ayer en Barcelona, donde el mundo del golf vivía conmocionado los últimos momentos de SeverianoROSS KINNAIRD (REUTERS)

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