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Botín arremete contra los planes europeos de "recapitalización indiscriminada" de la banca

El presidente del Santander alerta del riesgo de contracción del crédito y de una "espiral imparable" de crisis de la deuda y de la banca. -El banquero pide "frenar el tren de la regulación"

El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, ha criticado hoy con dureza el modo en que se están planteando los planes europeos de recapitalización de la banca. Botín considera que no tiene "ningún sentido" forzar "una recapitalización indiscriminada de la banca europea sin resolver antes de forma definitiva el problema de la deuda pública".

Botín ha pronunciado esas palabras en la IV Conferencia Internacional de Banca organizada por el Santander, según la transcripción de su discurso remitida a los medios de comunicación, que no tenían acceso al acto.

Su intervención, en la que ha criticado también el exceso de regulación financiera y los planes de crear impuestos a la banca, se ha producido delante de representantes de organismos supervisores y reguladores, entre ellos Andrea Enria, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA); Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia; Elena Salgado, vicepresidenta económica del Gobierno, y José Viñals, director de Asuntos Monetarios y Mercados de Capital del Fondo Monetario Internacional.

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Inseguridad y contracción del crédito

"Poner en duda de forma generalizada la sostenibilidad de la deuda pública o del sistema financiero europeo puede llevarnos a una espiral imparable de crisis soberanas y crisis bancarias", ha señalado Botín. En su opinión, es posible que algunas entidades especialmente afectadas por la crisis de la deuda griega, o de los mercados en general, requieran más capital, pero las propuestas de una "recapitalización indiscriminada" de la banca europea "no tienen ningún sentido", entre otras razones porque "crean inseguridad y confusión", "aumentan la incertidumbre en los mercados" y "producirán una contracción del crédito, pues muchas entidades optarán por reducir su balance".

"Cualquier recapitalización de los bancos europeos no servirá para recuperar la confianza y el crecimiento económico, si antes no se resuelve definitivamente el problema de la deuda soberana", ha subrayado.

Los países europeos y la EBA planean exigir más capital a los bancos europeos de gran tamaño. Se ha trabajado con diferentes listones de solvencia. Una de las propuestas era exigir a los bancos ser capaces de soportar una situación de grave crisis o estrés con una solvencia del 7% (frente al 5% exigido en las pruebas de julio). Otra propuesta, que parece imponerse, es exigir una solvencia mínima del 9%, pero que no se base en una situación de estrés.

Además, también se plantea un colchón extra para los bancos expuestos a la crisis de la deuda soberana. Algunos escenarios dibujados por los técnicos han llegado a plantear un recorte de valoración de la deuda pública del 60% para Grecia, del 40% para Irlanda y Portugal y del 20% para España e Italia, aunque no se ha tomado ninguna decisión al respecto y la oposición de los países afectados es firme porque una propuesta así podría agravar la crisis en lugar de generar confianza. El sector financiero español se opone a que la deuda pública deje de considerarse un activo libre de riesgo, como ha señalado, entre otros, el presidente del Banco Popular, Ángel Ron.

La EBA está terminando de perfilar su propuesta, que debe ser aprobada por los ministros de Economía y Finanzas o por los propios jefes de Estado y de Gobierno, en la cumbre de este domingo.

En opinión de Botín, "la prioridad debe ser resolver la crisis de la deuda soberana". "Hay que atacar la raíz del problema, para lo cual, es indispensable la sostenibilidad del euro y de la eurozona. Es el momento de pasar a la acción y adoptar medidas decisivas para reforzar el diseño institucional del euro y asegurar una mayor coordinación de las políticas económicas en la eurozona. Solo cuando se resuelva esta cuestión, se restablecerá la confianza, volverá a fluir el crédito y se asegurará la recuperación de las economías europeas", ha señalado el presidente del primer banco de la zona euro por valor en Bolsa.

"La única respuesta factible", según Botín, ante los desafíos de la zona euro es "más integración política y económica". "Los líderes europeos han sido muy claros: el euro no tiene marcha atrás", ha recordado. El banquero ha aplaudido tanto los cambios constitucionales para introducir techos de déficit y deuda como la aprobación en todos los países del plan de reforzamiento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

Pausa regulatoria

En lo referente a la regulación financiera, el presidente del Santander se ha mostrado partidario de concentrar los esfuerzos en la aplicación de las medidas sobre la banca ya acordadas. "Es el momento de frenar el tren regulatorio y valorar y calibrar bien el impacto de las medidas que ya están en marcha", ha señalado.

Según Botín, el sector financiero internacional necesita tiempo para ajustarse a los importantes cambios que hay ya en camino. "No se pueden seguir añadiendo nuevas cargas al sector, como nuevos impuestos o requerimientos locales de distinta índole", ha señalado.

El presidente del Santander ve necesaria una "pausa en los procesos de regulación" para así poder ejecutar las reformas en marcha, calibrar su impacto en la economía y reforzar la supervisión.

En cuanto a la implantación de las reformas regulatorias, Botín ha alertado sobre tres peligros: el riesgo de fragmentación del sistema financiero por las imposiciones unilaterales de los diferentes países, el riesgo de no reforzar suficientemente la supervisión y el riesgo de estrangulamiento del crecimiento económico, pues "no hay economía sana sin banca sana".

Sobre este último punto, Botín cree que el exceso de regulación puede "poner en peligro la capacidad de recuperación de la economía mundial". "Es imprescindible que las nuevas normas no perjudiquen a la banca comercial, que con su actividad de tomar depósitos y conceder créditos, desempeña el papel clave del sector financiero como motor del crecimiento económico", ha insistido.

Botín también inisistió en su tesis de que se debe debe dejar caer a las entidades no viables. "Es fundamental que sea posible la quiebra de cualquier institución, de forma que una entidad no viable pueda salir del mercado sin generar riesgo sistémico y evitando la necesidad de recurrir a dinero público", señaló el banquero.

Riesgos y liquidez

En general, Botín se ha mostrado de acuerdo con los trabajos de Basilea III, pero, a su juicio, quedan abiertas dos cuestiones importantes. Por un lado, la gran disparidad internacional en el cómputo de los activos de riesgo, que perjudica especialmente a entidades españolas como el Santander y el BBVA frente a otras europeas que, con mayor tamaño, necesitan menor capital para cumplir sus coeficientes de solvencia. Por otro, la definición de las ratios de liquidez: "Tal y como están definidas hoy, perjudican a la banca comercial, introducen riesgos importantes de contracción de las carteras crediticias y limitan en algunos casos la función de transformación de plazos que realiza la banca", ha señalado.

Botín, en la IV Conferencia Internacional de Banca organizada por el Santander.
Botín, en la IV Conferencia Internacional de Banca organizada por el Santander.ÁNGEL DíAZ (EFE)
El presidente del Santander arremete contra los planes europeos de "recapitalización indiscriminada" de la bancaVídeo: EFE

Las enseñanzas de la crisis, según Botín

Según el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, la crisis de los últimos años ha venido a recordar algunas lecciones importantes:

1. "Los ciclos no son cosa del pasado".

2. "La liquidez no siempre es abundante y barata, es más, a veces puede incluso desaparecer".

3. "Los productos financieros ayudan a cubrir y diversificar el riesgo, pero éste no se elimina del todo".

4. "Vivimos en una economía interconectada que exige coordinación de políticas económicas y financieras, y una supervisión intensa y continua de los desequilibrios globales".

5. "La eurozona requiere más integración política y monetaria para asegurar la estabilidad del euro"

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