_
_
_
_
_
LA POSGUERRA DE IRAK

Asesinado en Bagdad un diplomático español que trabajaba para los servicios secretos

José Antonio Bernal Gómez, de unos 30 años, fue tiroteado por cuatro individuos a los que abrió la puerta de su casa

Un agente de los servicios secretos españoles que trabajaba en la embajada de Bagdad ha sido asesinado a tiros esta mañana junto a su casa de la capital iraquí. José Antonio Bernal Gómez, miembro del Centro Nacional de Inteligencia y agregado de Información de la sede diplomática, fue abatido "aparentemente a tiros" por tres individuos de los que trató de huir cuando le asaltaron en su domicilio. La ministra de Exteriores española, Ana Palacio, ha indicado que no tiene "ninguna confirmación" de que Bernal haya sido asesinado por ser español.

Más información
Barrio de Al Mansur, Bagdad
Decenas de milicias étnicas y religiosas se disputan el control de la seguridad en Irak
La ONU retirará temporalmente a todo su personal de Bagdad
Reconstrucción del asesinato del diplomático español
El Gobierno califica el asesinato de "atentado terrorista"
Al menos nueve muertos en un atentado suicida en una comisaría de Bagdad
Irak empieza a funcionar
Turquía decide enviar tropas a Irak pese a la resistencia del Consejo provisional de Bagdad
España rebaja las expectativas sobre donaciones a Irak
Irak no quiere turcos

La Oficina de Información Diplomática (OID) ha explicado que un individuo que vestimentas propias de un clérigo chií ha llamado esta mañana a la puerta del chalet en el que vivía, sólo, Bernal. El diplomático ha abierto la puerta, y tras un breve intercambio de palabras ha intentado escapar forcejeando con ese hombre. Sin embargo, tropezó y cayó al suelo, momento en el que fue asesinado por los tres pistoleros. Luego los agresores huyeron en un Opel negro de matrícula extranjera, según ha contado un testigo de los hechos que ha confirmado la versión de la OID y ha añadido que a Bernal le pegaron cuatro balazos, uno de ellos en la cabeza.

"Párate, párate"

La policía iraquí ha añadido más detalles a esta versión. Al parecer, Bernal abrió la puerta confiado, como si conociera a la persona que llamaba a su casa, circunstancia explicada por los agentes porque recibía la visita de una mujer que limpiaba su casa y pudo pensar que era ella. Cuando trató de huir, el hombre vestido de clérigo le gritó "párate, párate". La jefa de la diplomacia española ha señalado que un "indicio" a estudiar es que "abriera la puerta al agresor, pues por tanto le conocía".

José Antonio Bernal Gómez era sargento primero del Ejército del Aire y estaba adscrito al Centro Nacional de Inteligencia, según ha informado el ex encargado de negocios de la embajada, Fernando Valderrama, que dejó su puesto por divergencias con el Gobierno respecto a la guerra. Bernal llevaba tres años trabajando para la delegación diplomática española en Bagdad desempeñando labores de información, según el portavoz del Ejecutivo, Eduardo Zaplana, que ha lamentado este "acto terrorista". La periodista de EL PAÍS Ángeles Espinosa ha señalado que el militar abandonó Irak poco antes de la guerra, y volvió el 1 de mayo, cuando Bush había decretado ya el fin de los combates.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El guardia que no estaba

Espinosa ha afirmado desde Bagdad que Bernal no contaba con escolta. Los cuatro miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional destinados a la vigilancia del edificio diplomático sólo se encargan además de proteger al encargado de negocios. Espinosa ha definido a la víctima como una persona "sonriente" que optó por la discreción como medida de autoprotección, y ha apuntado que, dado el cargo que ocupaba, los autores del asesinato pueden ser miembros de los antiguos servicios secretos del régimen de Sadam Husein que conocieran su identidad.

Pese a todo, su casa era vigilada por tres guardias que no iban armados y habían recibido tan sólo un entrenamiento de tres días, según ha informado desde Bagdad el periodista de EL PAÍS Jorge Marirrodriga. Le protegía además otro agente armado, un iraquí contratado por el Estado español, que por motivos que se desconoce se ausentó de su puesto una hora antes del ataque.

No ceder al chantaje

El ministerio de Exteriores ya ha enviado un avión a Bagdad para repatriar los restos de Bernal, de unos 30 años, casado y con una hija. Además ha anunciado además que reforzará la seguridad del edificio y lo mantendrá abierto, puesto que lo contrario "sería ceder al chantaje", según el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ramón Gil-Casares. Sin embargo, esta vigilancia adicional ya fue anunciada en septiembre, días después del atentado contra la sede de la ONU, en el que murió el español Martín-Oar.

José Antonio Bernal, en el centro, posa junto a unos amigos en Bagdad.
José Antonio Bernal, en el centro, posa junto a unos amigos en Bagdad.AP
En la imagen, un taque estadounidense vigila la Embajada española en Irak tras el asesinato del suboficial.
En la imagen, un taque estadounidense vigila la Embajada española en Irak tras el asesinato del suboficial.REUTERS

Segundo español muerto en Irak

El asesinato de Bernal Gómez eleva a dos el número de militares fallecidos en la capital iraquí tras el conflicto que supuso el derrocamiento del regímen de Sadam Hussein. El capitán de navío Manuel Martín-Oar murió en Bagdad el 20 de agosto pasado a consecuecia de las lesiones sufridas en el atentado de perpetrado el día anterior contra la sede de Naciones Unidas en la capital iraquí. Martín-Oar era responsable de la coordinación de la ayuda humanitaria que se está prestando en Irak, y ejercía como enlace entre la ONU y las ONGs.

Tras este atentado contra la ONU, el secretario español de Asuntos Exteriores, Ramón Gil-Casares, informó en septiembre de que la embajada española en Bagdad había contratado personal iraquí para reforzar la vigilancia de la representación diplomática.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_