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Madrugada a tiros en el centro

Choque de mafiosos: dos muertos

Un miembro de la banda de los Miami mata a un portero de discoteca del 'clan de los búlgaros' - En la huida asesina a otro empleado y hiere a dos hombres más

Hace cinco días, un capo colombiano moría a tiros en la cama del hospital. Ayer, según la tesis policial, el choque de dos clanes mafiosos de la noche acabó con dos muertos y tres heridos, en una madrugada a tiros en pleno centro de Madrid. Un portero de una discoteca y un relaciones públicas murieron tras ser tiroteados en una refriega. La causa, el intento de una banda mafiosa, los Miami, por hacerse con la seguridad del local, en manos del clan de los búlgaros, según la policía. Otros tres hombres fueron heridos y uno más asesinado en la persecución posterior a la primera muerte, la del portero.

El enfrentamiento ocurrió en tres puntos distintos, cerca de la plaza de Isabel II, en Ópera, poco antes de las tres de la madrugada. Según testigos, a esa hora entraba Carlos Monje en Heaven Palace, en la calle de Priora. En ese momento había 700 clientes. Las primeras declaraciones apuntan a que el supuesto agresor inició una discusión en el vestíbulo con los porteros para conseguir la seguridad del local. En un momento dado, sacó una pistola Glock 9 milímetros Parabellum y abrió fuego. El portero, Catalin Stefan Craziun, un rumano de 31 años, recibió un disparo mortal en el cuello. Craziun, alias Cata, estaba pendiente de un juicio por secuestro. Fuentes policiales lo señalan como un dirigente del clan de los búlgaros.

La víctima estaba emparentada con el psiquiatra Luis Rojas-Marcos
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El presunto asesino salió corriendo y siguió disparando por la calle del Arenal, hacia Sol. Alcanzó de un tiro a un hombre en la pierna y llegó hasta la discoteca Joy Eslava. Allí se vio acorralado. Se giró, disparó dos veces y alcanzó a Alejandro Muñoz Rojas-Marcos, de 24 años, relaciones públicas de Heaven, sin antecedentes, que murió en el hospital. Monje subió hasta la plaza del Celenque, donde un grupo de hombres logró reducirle.Aun así, consiguió disparar causando un herido más de bala, uno en la espalda. Los dos heridos fueron trasladados con pronóstico grave al Clínico, donde fueron intervenidos. Otro hombre, de unos 25 años, recibió un fuerte golpe, supuestamente con la pistola, en la cara. Fue dado de alta.

Unos metros más atrás, Alejandro Muñoz Rojas-Marcos yacía el en suelo. Las balas le entraron por el hemitórax y le causaron graves lesiones internas. Mientras el Samur le atendía, entró en parada cardiorrespiratoria, de la que pudo ser recuperado por los facultativos, pero poco después, ya en el hospital, murió.

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"¿Majo? Era demasiado majo". Con esta frase en los labios surcados por un gesto de honda amargura, definía ayer a Alejandro uno de los amigos que acudió al tanatorio de la M-30 para velar su cadáver, que será incinerado hoy en el cementerio del Este. "Era un joven muy alto: a sus 24 años medía 1.96 metros; era, sobre todo, abierto, desenvuelto y dicharachero", explicaba su tío Carlos Rojas-Marcos, recién llegado ayer de Punta Umbría. "Le gustaba mucho conversar, le encantaba jugar con los ordenadores, no bebía excesivamente, era muy sociable, por eso trabajaba como relaciones públicas", añade su tío, "así se costeaba los estudios". Y agrega: "Por lo que yo sé de él, jamás tuvo un roce con nadie; preguntamos a la policía, y nos dijeron que el caso estaba bajo secreto sumarial, pero creemos que intentó mediar al ver que el portero era agredido". Sus amigos se mostraban serios y desolados. A medida que iban acudiendo al tanatorio, con abrazos cálidos se transmitían unos a otros la terrible nueva. Alejandro estaba emparentado con el líder andalucista Alejandro Rojas-Marcos y con el psiquiatra Luis Rojas-Marcos.

Horas antes, la primera llamada de aviso la recibió la sala del 091 (teléfono de emergencias del Cuerpo Nacional de Policía) a las 3.05, en la que el comunicante relata el primer tiroteo a las puertas de la discoteca. El número de llamadas fue creciendo conforme avanzaba en su carrera homicida. Los agentes del servicio de noche de la policía, conocidos como centauros, fueron los primeros en llegar y detuvieron en el acto a Carlos Monje, con graves lesiones en todo el cuerpo y la nariz rota. También recuperaron la pistola Glock y tres casquillos de bala en el vestíbulo de la discoteca. Muñoz, a quien la policía vincula con el clan mafioso de los Miami y con algunos grupos radicales violentos de ultraderecha, negó todas las imputaciones y dijo que no recordaba nada de lo que había pasado. Muñoz, español de 36 años, tiene antecedentes por tenencia ilícita de armas y explosivos, amenazas, coacciones, lesiones y robo con fuerza, según informó una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

El cuerpo del portero muerto estuvo a la entrada de la discoteca hasta las seis de la madrugada. Decenas de compañeros, en especial fornidos porteros de países del este, se acercaron, muy afectados. Su amigo, decían, "no se metía nunca en líos. Como estaba casado y tenía dos hijos, no quería problemas con nadie y menos con la policía", añadieron. Un hombre fornido dejó un pequeño panecillo con cuatro velas encendidas a la entrada del establecimiento. Sobre las cinco, llegó una mujer vestida de oscuro que se echó a llorar al ver a Craziun muerto.

El cadáver del rumano Catalin Stefan Craziun, alias <b><i>Cata, </b></i>a las puertas de la discoteca Heaven Palace, donde fue tiroteado.
El cadáver del rumano Catalin Stefan Craziun, alias Cata, a las puertas de la discoteca Heaven Palace, donde fue tiroteado.F. J. BARROSO
La reyerta comenzó en en el local y continuó en las calles cercanasVídeo: AGENCIA ATLAS

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