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El problema de la calidad del aire

Cielo despejado, vía libre a 120 km/h

La mayoría de conductores celebran el fin de la limitación de velocidad a 80 kilómetros por hora en los accesos de Barcelona

Tras una semana de incertidumbre, los conductores de la autopista del Garraf (C-32) y la autovía de Castelldefels (C-31) han podido volver hoy a pisar el acelerador hasta un máximo de 120 kilómetros por hora en la C-32 y a 100 km/h en la C-31. El Gobierno catalán puso en marcha la semana pasada la reforma de la velocidad variable que permite correr más, aunque un anticiclón que elevó los índices de contaminación obligó a perpetuar la limitación máxima a 80 km/h, un tope que se aplicará cuando la polución lo exija.

Con el cielo despejado, los paneles luminosos han marcado desde las dos de la madrugada los tres dígitos. Esta mañana, las retenciones en ambas vías han obligado a fijar el límite en una horquilla entre los 90 km/h y los 50 km/h en los accesos a Barcelona. Ambas vías han sufrido las incidencias habituales. Según el Servicio Catalán de Tráfico, a las 8.15 había un kilómetro de retención en la C-31 a la altura de El Prat de Llobregat y de 4 kilómetros en la C-32, en Sant Boi de Llobregat.

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La mayoría de conductores han celebrado el fin de la limitación de 80 kilómetros por hora. Aunque, acostumbrados al límite, muchos vehículos optaban por moderar su velocidad e, incluso, frenar antes de llegar a unos radares fijados ahora en un límite mayor. "Vas con más tranquilidad. Ya no tienes que mirar constantemente el cuentakilómetros", opina José Lara, lampista de 38 años, que agrega: "me parece mucho más correcta la nueva limitación que ir a 80. No sé si contamina más, de eso ya se encargan los expertos". Carles Sempere, informático de 42 años, está encantado con el diseño final de la medida: "Está muy bien. Debe ser variable para la circulación y la contaminación, estar limitado cuando hay mucho tráfico. Pero luego, si vas solo, ir a 80 km/h es muy poco", sostiene. De misma opinión es Antonio Terrida, usuario habitual de la C-32. "Me parece justo. Se invirtió mucho dinero en esta carretera como para poder ir a 120 km/h", asegura este empresario de 38 años. Terrida cree que la implantación de la limitación de velocidad a 80 km/h se hizo "con afán recaudatorio", y no para evitar la contaminación. "La industria contamina mucho más que un vehículo, y no se hace nada para evitarlo", se queja. Entre las voces de los conductores, una discordante: Héctor Ávila, informático de 48 años, que siempre opta por la tranquilidad al volante. "Hay que ser prudente, aunque vayas a 80 km/ hy te adelanten todos. Aumentará la contaminación, porque a más velocidad se genera más polución", concluye.

La Generalitat implantará por fases el fin de la limitación de los 80 km/h en los accesos a Barcelona. La próxima vía en modificar la velocidad será la C-31 norte -la autopista del Maresme-, donde se cambiarán esta noche las señales fijas de modificación de velocidad. En esa vía no funciona la velocidad variable, y habrá un tramo de túneles donde la velocidad seguirá limitada a 80 km/h. La intención del Departamento de Interior es extender la velocidad variable como modelo de gestión de tráfico, fijando el límite en función de la siniestralidad, la congestión, o las condiciones climáticas.

MARCEL·LÍ SÀENZ

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