"Yo soy español, español, español"
La afición del Atlético de Madrid comienza la fiesta en el centro de Hamburgo horas antes del partido más importante de los últimos años
Una fina lluvia cae sobre Hamburgo en el día más especial del año para la hinchada del Manzanares. La ciudad alemana amanece pintada a trazos rojiblancos, y por las calles suenan las clásicas canciones españolas cada vez que la afición visita el extranjero para vivir de cerca el fútbol. "Yo soy español, español, español", resuena en el urbano de Hamburgo, que desde esta mañana se ha convertido en la zona cero de la fiesta rojiblanca. Los ánimos están altos. 24 años después, el Atlético de Madrid jugará su primera final europea, la quinta de su historia.
Retirada ya la tarima donde se exhibía el primer trofeo de Liga Europa (antigua Copa de la UEFA) y varias instalaciones de ocio para los aficionados, la plaza del Ayuntamiento, uno de los puntos de encuentro de la afición, espera la totalidad de la expedición española a ritmo de "Soy del Atleti, alé, alé, alé" a pocas horas del comienzo de la gran final ante el Fulham inglés. No faltará representación institucional. Aunque en vuelos separados, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, junto con su equipo, y el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz Gallardón, acudirán puntuales a la cita .
Otro de los puntos de encuentro de la ciudad es la Fan Zone dispuesta en el barrio bohemio de San Pauli, tomada casi totalmente por aficionados rojiblancos. Una gran pantalla donde se retransmiten partidos del Atlético preside la plaza junto al lema Enjoy the game (disfruta el juego) que acogerá esta noche a todos los aficionados, tanto ingleses como españoles, que no puedan acudir al estadio para ver el partido en vivo. El contraste entre las aficiones es evidente, y sólo una manzana separa el ruido y la fiesta de los españoles del silencio de los ingleses, que beben desde primeras horas cantidades ingentes de una cerveza con precio especial para la final: 3 euros.
Pese a que el ambiente es idílico y la hermandad casi absoluta entre la hinchada atlética y la del Fulham, que llega casi con asombro a su segunda final europea, el emplazamiento para los seguidores de uno y otro equipo está estratégicamente escogido. Una comisaría separa ambas zonas para evitar cualquier percance (hasta ahora no se ha producido ninguno) y un cartel advierte de la prohibición de portar armas, navajas, bates de béisbol, aerosoles y botellas de vidrio.
Entre el repertorio de canciones, copado por los éxitos de Black Eyed Peas y Shakira, no ha faltado el himno del Liverpool, You´ll never walk alone y algún tema improvisado a Fernando Torres, delantero red y ex rojiblanco, junto con las decenas de aficionados del Liverpool que han viajado expresamente a Hamburgo para reunirse con los españoles. Con Torres o sin él, los aficionados rojiblancos comparten la superioridad del Atlético en el duelo de esta noche. Antonio, residente en Zurich y miembro de la Centuria Germánica, una peña de aficionados alemanes y emigrantes españoles, afirma que tanto él como muchos de los que se han sumado a la fiesta ya contemplan al Atlético campeón de la Liga Europa. "Con Kun y Forlán, ¿quiénes son el Fulham?", afirma Pepe, madrileño y convencido ciegamente de la victoria colchonera.
Más previsor de cara al resto de temporada, Alejandro, habitual del Frente Atlético, que ya pasó la noche a los pies del Calderón para conseguir una entrada, cree que la clave del doblete será ganar esta noche en Hamburgo. "Es fundamental que ganemos esta noche para ganar la Copa del Rey al Sevilla. Sin ésta no se gana la otra. Son dos, o ninguna", zanja.
Mientras tanto, a más de media hora del centro, recluidos en el hotel Geitensberger de las afueras de la ciudad, el Atlético de Madrid descansa concentrados en el primero de los dos partidos trascendentales de la temporada. Sin pensar en la final de Copa del Rey del próximo día 19, los hombres de Quique Sánchez Flores siguen reunidos esperando el gran momento, visionando vídeos para conocer aún más de cerca el rival al que deberán batir para volver a reinar en Europa.
