Ambigüedad del Gobierno español en torno a la reunificación
La Administración española no tiene una postura definida sobre la reunificación alemana, y hasta ayer ni el presidente Felipe González ni su ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, se habían expresado pública y claramente al respecto. El comunicado difundido a mediodía por la portavoz del Gobierno, Rosa Conde, tras el Consejo de Ministros, expresa la alegría del Ejecutivo, pero elude referirse a la posibilidad de una sola Alemania. Su texto es el siguiente:"La decisión de las autoridades de la República Democrática Alemana de facilitar la libre circulación de sus ciudadanos es un acontecimiento de importancia histórica, que abre un camino de esperanza en la evolución democrática y pacífica de Europa. El Gobierno español acoge con satisfacción el anuncio de estas medidas, que suponen un reconocimiento de las aspiras de la población alemana. Asimismo, el Gobierno español espera que la RDA continúe el proceso de reformas tal como está ocurriendo en otros países de Europa central y del Este".
"Respetable"
El pronunciamiento menos ambiguo sobre la delicada cuestión fue hecho por el jefe del Gobierno español en la entrevista que publicó el diario La Vanguardia el 8 de octubre. "Si en la RDA se produjese un cambio en la dirección de la perestroika ( ... ) se podría iniciar, al cabo de un tiempo, un proceso de aproximación". "Que los alemanes digan que les gustaría vivir como otros países es respetable. Que ello provoque grandes recelos también es respetable porque uno no es dueño de poder alterar sus comportamientos, sobre todo cuando tienen un análisis histórico que los puede justificar. Creo que se podría ir hacia un esquema más fluido de comunicación entre las dos Alemanias sin necesidad de alterar el status político".
El tema fué evocado por el jefe del Gobierno en Valladolid, donde a finales de octubre celebró una cumbre con el presidente francés, François Mitterrand. Aunque no lo ha dicho públicamente, González ha matizado algo su posición y ahora comparte, según diversas fuentes diplomáticas, la opinión de su huésped francés: el resto de Europa no puede oponerse a la reunificación de Alemania si así lo desean los alemanes. Sin llegar a preocuparle, el presidente cree que esta perspectiva puede, no obstante, crear ciertos desequilibrios en el Viejo Continente con la aparición de una potencia económica que emerja muy por encima de las demás. De ahí que González desee acelerar la construcción europea para que el acercamiento entre la RFA y la RDA se produzca en el marco de la CE.
