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CRISIS EN ARGENTINA

Duhalde denuncia presiones españolas

'Amenazaban con retirarse de Argentina, con despidos masivos y con suspender inversiones'

El Gobierno argentino aseguró ayer que las presiones, que calificó de intensas, recibidas en los últimos días contra las nuevas medidas económicas procedieron de las empresas españolas, pero no del Gobierno. 'Amenazaban con retirarse de Argentina, con despidos masivos y con suspender todas sus inversiones', señalaron fuentes gubernamentales, que confirmaron que han mantenido conversaciones con distintos miembros del Gobierno español, incluido el presidente José María Aznar. 'Es razonable que Cortina se enoje, pero no los presidentes, que tienen que mostrar miradas estratégicas', añadieron las mismas fuentes. Éstas admitieron cierto temor a que resurja el sentimiento antiespañol de la crisis de las aerolíneas.

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Después de varios días de hacer oídos sordos a las numerosas llamadas telefónicas, el Gobierno de Eduardo Duhalde ha decidido sentarse a conversar, tal y cono anunció el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, la noche del domingo pasado en que explicó a los argentinos la devaluación del peso en relación con el dólar.

El primer mandatario argentino recibirá en los próximos días a los presidentes de las principales empresas españolas, que han empezado a llegar a Buenos Aires. Hasta ahora, el Ejecutivo argentino ha mantenido dos reuniones con representantes de las empresas petroleras, entre las que se encuentra YPF-Repsol, una con el sector eléctrico, que incluye a Edesur (controlada por Endesa), y mantenido contactos informales con las compañías de telefónicas, entre las que ocupa un puesto destacado Telefónica. En las próximas horas se producirá la primera reunión con representantes de los bancos, cuyo sector ha hecho sentir un seria preocupación por la decisión de transformar a pesos los préstamos de hasta 100.000 dólares. 'Entramos ahora en un proceso de sintonía fina', señalaron las fuentes del Gobierno, que deberán fijar las nuevas reglas de juego, es decir, 'las relaciones privadas y las relaciones entre el Estado y los bancos'.

El ejecutivo que presidente el peronista Eduardo Duhalde, que ya dispone de los poderes especiales que le ha otorgado el Congreso, no ha perfilado la estrategia de negociación con las empresas de servicios públicos privatizadas. 'Si lo hubiéramos hecho, nos acusarían de tenerlo todo decidido antes de sentarnos a conversar'. Sí adelanta el Gobierno que no tiene en cartera ningún tipo de compensación por la aplicación de las nuevas medidas. Las dos grandes medidas de la ley de emergencia pública y de reforma del régimen cambiario que afectarán, sin duda, a los balances de las empresas de servicios -Telefónica, Endesa, Gas Natural, Aguas, entre otras-, de hidrocarburos -YPF-Repsol- y a los bancos -Banco Francés-BBVA y Banco Río-BSCH- hacen referencia a la pesificación de las tarifas (fijadas originalmente en dólares), un nuevo impuesto a las exportaciones de petróleo (todavía por acordar) con el que se compensarán las pérdidas de los bancos como consecuencia de la transformación a pesos de los préstamos de hasta 100.000 dólares. 'Tenemos que sacar el dinero de algún lado', es la explicación del Gobierno.

Sentimiento antiespañol

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Al recordar la ola antiespañola que generó el año pasado el conflicto de Aerolíneas Argentinas, las fuentes del Ejecutivo mostraron su preocupación por un eventual resurgimiento del sentimiento antiespañol en la sociedad argentina -'no lo queremos'- y aseguraron con firmeza que el Gobierno no contribuirá a que este sentimiento se desarrolle. 'Si tuviéramos la sensación de que hay tal sentimiento, trabajaríamos para que disminuyera'.

Desde su investidura como presidente de la nación, Duhalde ha establecido el siguiente criterio en sus relaciones internacionales: el presidente habla con los presidentes, el canciller con los ministros de Asuntos Exteriores, el ministro de Economía con su homólogo y con los organismos financieros, y ningún contacto con las empresas. Así fue hasta la aprobación parlamentaria de la ley de emergencia. Las palabras de respeto hacia el Gobierno español contrastan con el enojo que muestran los portavoces argentinos con los medios de comunicación españoles que, en su opinión, se han excedido en su interpretación. 'Ha habido títulos muy ofensivos en la prensa española. Nosotros no hemos personalizado, insultado ni presionado. En ningún caso hemos aludido a España como país inversor'. Pero sí los legisladores, que en el debate del pasado fin de semana lanzaron duros epítetos hacia 'el colonialismo español'. 'Este no es un Gobierno parlamentario', fue la respuesta oficial. 'El Congreso funciona con su propia sintonía'.

El Gobierno de Duhalde dice entender que el presidente Aznar defienda a las empresas españolas, porque no sólo está en sintonía con el discurso nacionalista del mandatario argentino, sino porque forma parte 'de las reglas e juego internacionales'.

Sus propios autores admiten que el nuevo plan económico que entra en vigor hoy es heterodoxo. 'Nuestra idea inicial era un plan profundamente ortodoxo, pero tuvimos que aplicar la heterodoxia porque estabamos cerca de la guerra civil', señalaron las fuentes del Gobierno, que admitieron la explosiva situación social de Argentina. 'No nos preocupa lo que pase mañana'. No faltaron algunos datos de la situación heredada: el día que dimitió Fernando de la Rúa, la carpeta negra del Ministerio de Economía mostraba que en el Tesoro público había la cantidad de cinco millones de dólares, según el portavoz oficial.

El propósito del equipo económico de Duhalde es que el Banco Central sólo emita la estricta moneda necesaria para convalidar las reservas, y se esforzará para evitar cualquier distorsión fiscal o monetaria. No habrá hiperinflaciónn, asegura, y los precios serán controlados 'por la economía'. 'En la actual situación de crisis, el que dispare los precios perderá'. La preocupación número uno del Gobierno es que los ciudadanos comprendan el nuevo plan económico y lo reciban sin hacer sonar las cacerolas de nuevo.

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Un joven arroja material al fuego en las protestas contra la pobreza en Argentina.REUTERS

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