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La crisis del euro

Draghi insta a reforzar ya el fondo de rescate por si Francia pierde la AAA

El presidente del instituto emisor advierte de que los riesgos contra el crecimiento siguen aumentando. -Insiste en rechazar la compra masiva de bonos porque el Tratado impide al BCE financiar Estados

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha vuelto hoy al Parlamento Europeo por primera vez desde que los líderes europeos llegaron a un acuerdo para reforzar la unión fiscal el pasado día 9 de diciembre. En su discurso, el economista italiano ha pedido acelerar la capitalización del fondo de rescate permanente de 500.000 millones de euros de la UE por si Francia pierde en breve su máxima calificación crediticia (triple A), lo que pondría en riesgo la viabilidad del mecanismo de asistencia financiera actual.

Draghi ha dicho que le gustaría que Francia no perdiera la matrícula de honor sobre su solvencia, pero ha restado importancia al impacto de esta posible degradación sobre el país. En cambio, ha admitido que "las consecuencias para el fondo europeo de estabilidad financiera"constituyen "una cuestión importante". "Estamos trabajando activamente en todos los posibles escenarios, y no sólo en éste de Francia", ha explicado el presidente de BCE en una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara. La clave es que el fondo temporal -que será sustituido por el mecanismo permanente de estabilidad a mediados de años- ha sido calificado como triple A por todas las agencias de calificación, pero la degradación de Francia arrastraría muy probablemente también al mecanismo.

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Asimismo, el presidente del BCE ha resaltado que los líderes europeos se han comprometido a revisar en marzo la dotación máxima de 500.000 millones de euros del fondo permanente. Los Veintisiete también han acordado adelantar a julio de 2012, un año antes de lo previsto, la entrada en funcionamiento del MEDE.

A diferencia del actual mecanismo de rescate, que se basa únicamente en las garantías aportadas por los Estados miembros, el fondo permanente contará con capital desembolsado por valor de 80.000 millones, lo que le permitirá mantener con más facilidad la máxima calificación crediticia. Draghi ha explicado que el BCE espera empezar a actuar como "agente" del fondo de rescate temporal en enero. Pero ha vuelto a rechazar que se dé licencia bancaria al mecanismo, lo que le permitiría acceder a financiación de la autoridad monetaria, porque a su juicio ello significaría vulnerar la prohibición de financiación monetaria prevista en los Tratados.

Rechazo a la compra masiva de bonos

Por otra parte, en su intervención ante la Eurocámara, un discurso esperado para discernir si este pacto podría mover al BCE de su rechazo a una compra masiva de bonos de los países bajo sospecha, Draghi ha insistido en que, de momento, no hay cambio. "El Tratado europeo prohíbe al BCE financiar a los Estados", ha insistido el presidente del instituto emisor.

Además, ha argumentado que romper la actual normativa afectaría a la credibilidad del BCE, que no puede salirse de este camino, ha enfatizado. "El Tratado especifica precisamente que nuestra tarea es asegurar la estabilidad de precios. El Tratado prohíbe la financiación monetaria ", ha justificado Drahgi a la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo en Bruselas. Por estos motivos, ha defendido que incumplir su mandato "no haría ningún bien a la confianza de los mercados". El programa de compra de bonos de los países bajo presión, que es temporal y no convencional, ha recordado, es un instrumento para "restaurar la transmisión de la política monetaria". Y poco más.

"El mercado de bonos de deuda soberana es un mercado enorme, es uno de los canales de transmisión más importante para la política monetaria. Si ese mercado se paraliza, la política monetaria se paraliza, y por eso hay que intervenir", ha defendido antes de volver a dejar claro que el programa no es "ni infinito ni eterno".

Con vistas a 2012, Draghi ha augurado que las presiones en los mercados de deuda, donde acuden los países a financiarse emitiendo deuda. Sobre este punto ha valorado que las primas de riesgo (el sobreprecio exigido a los bonos de un Estado frente a los alemanes, de referencia) suponen un acicate para la clase política a la hora de adoptar las medidas necesarias para recuperar la confianza de los inversores. "Estos diferenciales sirven para reflejar el nivel de riesgo" asociado a un determinado país y lanzan "un mensaje claro" a los dirigentes, ha defendido el economista italiano, que en cualquier caso ha celebrado que "todos los países" están ahora "en el camino correcto" de reducir el déficit.

Pese a ello, el BCE indica en su último informe sobre estabilidad financiera que los riesgos de que la crisis de deuda se siga contagiando sigue presentes en los mercados. De hecho, la autoridad monetaria reconoce que esta posible extensión de los problemas de financiación -con el temor de que Francia pierda su AAA al frente- es el mayor riesgo que, hoy por hoy, pesa en contra de la estabilidad financiera.

Sobre el panorama económico, tampoco nada nuevo, salvo que Draghi ha advertido de que cada vez los riesgos para el crecimiento son mayores, lo que deja a la eurozona al borde de la recesión, si no lo está ya. "Las tensiones en los mercados financieros seguirán enfriando el crecimiento económico", ha reconocido en línea con la opinión recogida en el informe d estabilidad tras admitir que "los planes de austeridad crean una contracción a corto plazo". "No podemos negarlo", ha añadido.

En cuanto al difícil futuro que afronta el sector financiero, Draghi, ha hecho una defensa de las medidas no convencionales de apoyo a la financiación bancaria y ha asegurado que "mitigarán los efectos de la presión de los mercados a la concesión de créditos a empresas y hogares". Eso sí, ha instado a las entidades a realizar sus propios ejercicios de resistencia y a calibrar la calidad de su solvencia.

Mario Draghi durante su primera rueda de prensa como presidente del BCE en Fráncfort.
Mario Draghi durante su primera rueda de prensa como presidente del BCE en Fráncfort.MARC TIRL (EFE)

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