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Adolfo Suárez dimite como presidente del Gobierno y de UCD

Felipe González: "Creo y espero que la Zarzuela no haya intervenido en esta crisis"

«Creo y espero que la Zarzuela no haya intervenido en esta crisis de Gobierno», dijo anoche el líder socialista Felipe González, al regresar al aeropuerto de Barajas, interrumpiendo precipitadamente un viaje que debía detenerle en Francia hasta mañana. Felipe González señaló que descartaba «sinceramente» que una presión del estamento militar hubiera desencadenado la decisión del presidente Adolfo Suárez, cuya actitud, al dimitir, «respeto como un acto político».

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Fuertes presiones influyeron en la decisión del presidente Suárez de presentar su dimisión irrevocable

Felipe González se refirió también anoche a la anunciada visita oficial del rey Juan Carlos al País Vasco. «Me parece muy positiva», dijo el político socialista.En unas declaraciones en las que repitió varias veces su sentimiento de calma y, normalidad, Felipe González se negó a pronunciarse sobre las alternativas que ahora se abren y se limitó a reseñar los caminos que la Constitución señala como aplicables a esta situación concreta.

Dijo Felipe González que «en todas las democracias europeas y en todas las, democracias del mundo un presidente de Gobierno dimite, y eso no se toma sino como una consecuencia de la democracia». Para dar un ejemplo citó el del británico Harold Wilson, laborista, que en 1976 dejó su puesto de jefe del Gobierno de su majestad y no ocurrió nada en la situación democrática del Reino Unido. Cuando se le indicó que Harold Wilson no había tenido tras de sí las presiones de diverso orden que podían estar pesando sobre la decisión de Suárez, fue cuando el líder socialista manifestó su creencia de que no han sido «presiones externas a UCD» las que han influido en la decisión del jefe del Gobierno español.

Felipe González declaró que no desconocía que esta situación podía desembocar en un proceso de derechización, pero indicó que también pueden detectarse intentos de izquierdización. Sobre la composición del futuro Gobierno eludió hacer juicios de valor, indicando tan sólo que debe tener en cuenta las necesidades de reforma social y económica que siente el país.

La noticia le cogió de sorpresa

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El líder socialista había hablado con sus colegas del ejecutivo del PSOE de la eventualidad de que se produjera en el seno del Gobierno una crisis que desembocara en la dimisión de Suárez. NI él ni sus compañeros habían contemplado la posibilidad de que tal dimisión se produjera ahora, precisamente. Hubiera visto como más normal que hubiera tenido efecto después del congreso frustrado del partido que hasta ayer presidía Suárez, al que calificó como «adversario», no como «enemigo político».Felipe González no tenía ayer por la tarde, en París, «ni idea de lo que iba a ocurrir», y se aprestaba a asistir a una cena organizada por la agencia Efe y en la que iba a reunirse con intelectuales franceses e hispanoamericanos. Preguntado sobre la falta de noticias que el líder de la oposición tenía acerca de un hecho de esta envergadura, Felipe González manifestó que no considera que esta situación sea normal en una democracia.

El secretario general del Partido Socialista Obrero Español, que fue informado de las últimas noticias en el aeropuerto madrileño por el vicesecretario de su partido, Alfonso Guerra, no descarta «la eventualidad de una consulta electoral», aunque no se manifestó en ningún sentido sobre la conveniencia de esta posibilidad.

De pie, en uno de los corredores de la terminal del aeropuerto, el líder socialista, al que no le fue otorgada «sala de autoridades», recomendó «mantener la calma y dar una respuesta reflexiva a esta situación». También recomendó a todos aquellos que se sientan tentados de dar una solución a «guardarla cada uno en su bolsillo»; la noticia, afirmó, «es buena para la democracia. Y no lo digo por oposición a Suárez, sino porque creo que es normal que cuando un Gobierno no funciona, y no funciona reiteradamente, como éste, su responsable máximo tome la decisión de dimitir».

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