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LA CRISIS EN LOS BALCANES

Serbia mantiene su ofensiva en Kosovo a pesar de las advertencias internacionales

Cuarenta y cinco civiles aniquilados, decenas de denuncias internacionales y la posibilidad de una intervención militar externa no han acallado el sonido de los morteros en Racak, aldea del sur de Kosovo. La policía serbia y la guerrilla independentista del Ejército de Liberación de Kosovo se volvieron a enfrentar ayer en el mismo lugar donde el sábado se encontraron las huellas de la matanza. La misión de verificación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) acusa a Belgrado de romper la tregua con "provocaciones inadmisibles" y ha retirado a sus observadores de Racak.

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El detonante del nuevo enfrentamiento fue la visita a Racak de una juez de instrucción serbia que se disponía a investigar ayer la masacre del pasado viernes. El problema es que se hizo acompañar de numerosos efectivos de la policía. "Creo que éste ha sido un acto muy provocativo de las autoridades yugoslavas que han vuelto a romper la tregua", dijo inmediatamente el general John Drewienkiewicz, miembro de la misión de observadores de la OSCE.Los guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) dispararon contra la juez y su escolta sobre las once de la mañana de ayer y la policía serbia pidió inmediatamente refuerzos militares. La situación se calmó después de mediodía, pero las acusaciones sobre la ruptura de la tregua se cruzaban a la misma velocidad que las balas recorrían Racak por la mañana.

El jefe de la misión de la OSCE, William Walker, confirmó ayer que la policía serbia entró en Racak "a pesar de las advertencias de los observadores y tras negarse a aceptar la escolta de miembros de la misión para acompañar a la juez de instrucción". Walker decidió retirar a los observadores que permanecían en Racak para evitar los enfrentamientos a la cercana población de Stimlje. Las acusaciones directas de la OSCE a Belgrado de haber roto la tregua, no llegan al despacho del presidente serbio, Milan Milutinovic, quien sigue defendiendo que la policía actuó "en defensa propia". Según Milutinovic, Walker "presentó hechos falsos y sus propias interpretaciones de lo ocurrido en Racak". Para Belgrado la misión de la OSCE ya ha perdido su carácter verificador y se ha convertido en "defensora de los separatistas albaneses y de los terroristas".

Mientras, desde Tirana, el primer ministro albanés, Pandeli Majko, ha pedido a la OTAN la intervención inmediata en Kosovo. Posición que comparte el ex presidente albanés y líder de la oposición, Sali Berisha, quien además pidió ayer a sus conciudadanos que se preparen para la guerra.

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