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Saif el Arab: más afición a los Ferrari que al poder

El hijo pequeño del dictador estuvo implicado en varios conflictos por su comportamiento violento

Saif el Arab el Gadafi, el hijo del dictador libio supuestamente muerto a consecuencia de un ataque de los aliados a su casa de Trípoli, nació en 1982 de la segunda esposa de Muamar, Safia Farkash. De ser cierto que los misiles pusieron fin a su vida la noche del viernes, de los 29 años que pasó sobre el planeta podrá recordarse que estuvieron marcados por los coches de lujo y las fiestas desmadradas en Alemania, en donde estudiaba.

Benjamín de los Gadafi, Saif el Arab mostraba una propensión a los grandes escándalos notable incluso para una familia con tendencia al desbarre. Al mismo tiempo, era el que tenía menos peso en el esquema de poder del régimen. Prueba de su interés por el poder es que no tenía formación militar ni ejercía cargos públicos como varios de sus hermanos. Él prefirió estudiar Ciencias.

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Empezó la universidad en Alemania en 2006. Ese mismo año desencadenó un conflicto diplomático entre Berlín y Trípoli después de que la policía germana le abriera una investigación por intentar intimidar a un portero que quiso expulsarle de una discoteca cuando su novia comenzó a desvestirse en la pista de baile. Al Arab amenazó con arrojarle ácido en la cara y el portero acudió a la policía. Su padre respondió a la ofensa de la denuncia nombrando al hijo parte de la delegación diplomática libia en el país europeo. Fue la presentación en sociedad de un joven que hasta entonces había mostrado un perfil público bajo: no había intentado moler a palos a nadie, ser estrella del fútbol (dopada), productor de películas en Hollywood ni convertirse en doctor con una tesis universitaria falsa, por citar algunas de las razones por las que son conocidos los cachorros del dictador.

A partir de ese momento, el nombre de Saif el Arab se prodigó en la prensa alemana. El excesivo ruido de su Ferrari hizo que la policía de Múnich volviera a detenerlo y se incautara del coche. En 2008 le investigaron por la sospecha de que había transportado un rifle de asalto de Múnich a París en un coche con matrícula diplomática. Finalmente los cargos se retiraron por falta de pruebas.

La madrugada del sábado un portavoz del Gobierno de Gadafi anunció que Saif el Arab había muerto en un bombardeo aliado. Tras 29 años ajeno a los tejemanejes políticos de su familia, los 41 años de dictadura ejercidos por su padre podrían haber salido a su encuentro.

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