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La menor de Arriate recibió dos cartas con amenazas antes de su muerte

La niña recibió una de las misivas, escritas en hojas cuadriculadas, un mes antes de su desaparición y la otra una semana antes

Los padres de María Esther Jiménez, la menor de 13 años cuyo cadáver fue encontrado la pasada semana en Arriate (Málaga) con signos de violencia, han informado hoy de que su hija recibió dos cartas con amenazas en su domicilio antes de que sucedieran los hechos. La pareja ha explicado que cuando las misivas llegaron a su casa, escritas en hojas cuadriculadas, no las tomaron en cuenta, ya que pensaron que "no era nada importante" y que se trataba de "una chiquillada". No obstante, las llevaron a la Policía Local y al colegio de la niña. Preguntaron a su hija si alguien la amenazaba, a lo que la menor contestó que no.

María Esther Jiménez recibió una de las cartas un mes antes de su desaparición, el 19 de enero, y otra una semana antes. En su visita al colegio tras la recepción de las misivas, los padres pidieron a los profesores que estuvieran pendientes de si alguien insultaba a su hija o sufría acoso escolar.

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La Guardia Civil, que tiene las cartas en su poder, ha señalado hoy que la investigación para esclarecer el crimen "sigue su curso" y que se está "a la espera de los resultados de las pruebas de ADN". El delegado del Gobierno en Andalucía, Luis García Garrido, afirmó ayer que el Instituto Armado está trabajando "con rigor y eficacia". Insistió en que se trata de "un acontecimiento concreto", por lo que pidió "tranquilidad" y "sosiego" a los vecinos de este municipio de la Serranía de Ronda, de 4.100 habitantes.

El cuerpo de la menor fue encontrado en una caseta de piscina, situada a las afueras de la localidad. Llevaba la cara cubierta por su propio jersey. Bajo esta prenda, se reconocía con dificultad su rostro, por los golpes que recibió con un objeto contundente, probablemente una piedra, según fuentes de la investigación. El cadáver llevaba los pantalones puestos, lo que, en principio, lleva a descartar una agresión sexual.

La investigación se centra en el entorno de la menor, dentro del pueblo. Los agentes han interrogado a vecinos que vieron a María Esther justo antes de que sus padres la echaran en falta, a familiares, y a amigos y compañeros de clase de la niña.

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