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Las centrales nucleares más peligrosas de Europa

De las 25 centrales de mayor riesgo, la mayoría están en el Este. La de Garoña figura en el puesto 22

Las centrales nucleares más peligrosas de Europa están en en Rusia y en países del Este del continente, con Armenia y Bulgaria liderando la lista, según un estudio realizado por el Instituto de Ecología de Viena para la Investigación Aplicada del Medio Ambiente. En el Oeste de Europa, el Reino Unido están ocho de las 25 centrales de este tipo más peligrosas, mientras que la española de Santa María de Garoña, figura en el puesto 22. Acerca del estudio, el portavoz del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) afirma que se trata de un análisis 'de enfoque razonable y más equilibrado que los demás estudios de su género'.

El Instituto de Ecología vienés, un grupo privado e independiente, señala que si bien las instalaciones menos seguras se encuentran en el Este, también es cierto que algunas plantas nucleares en Gran Bretaña, Alemania y Suiza presentan más factores de riesgo que otros reactores de Alemania del Este o que la central checa de Temelin, que tantos temores está inspirando en su vecina Austria.

La situación económica del entorno es determinante para garantizar la seguridad
La antigüedad de las centrales es otro factor clave y no sólo por el desgaste de materiales
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'Nuestro estudio comparativo, basado en datos genéricos y no detallados, tuvo como objetivo precisamente desenmascarar el cliché, según el cual cualquier central nuclear situada en el Este tiene que ser peor que las occidentales', señala la ingeniera Antonia Wenisch, coordinadora del proyecto y directora del instituto.

Encabezan la lista negra, con 13 puntos negativos, la central de Medzynor, la única de Armenia y la búlgara Kozloduy. Les siguen el reactor ruso Sosnowi Bor y el BN-350, de Kazajstán. En el caso de Armenia, se trata de un reactor ubicado en una zona de alto riesgo de terremoto. Tuvo que ser cerrado tras el temblor de 1989, pero la escasez de electricidad -acentuada por el deficiente suministro de petróleo, debido a las guerras en países fronterizos- obligó a ponerlo en marcha otra vez en 1995, con financiación rusa.

La situación económica del entorno es determinante para garantizar la seguridad. 'En Rusia, Ucrania y otras repúblicas de la ex Unión Soviética, a veces los consumidores dejaron de pagar la electricidad durante meses y hubo que llegar a negocios de trueque', explica Wenisch. Entre los reactores nucleares de más alto riesgo predominan los rusos de tipo WWER (refrigerado y moderado por agua), RBMK (reactor de alta potencia tipo canal) y FBR (reproductor rápido), así como el británico GCR (refrigerado por gas).

Wenisch añade que 'el modelo de construcción más deficiente es el RBMK'. Es la misma construcción rusa de la central de Chernóbil, escenario del mayor accidente radiactivo de la historia en 1986. 'Por su concepción física son reactores que resultan muy difícil de refrigerar. El mayor se encuentra en Lituania, es muy peligroso y está siendo objeto de discusión para la adhesión de Lituania a la UE'.

Estas plantas nucleares también suponen un peligro porque a la hora de recambiar las barras de uranio no se desconecta el reactor. La directora del Instituto de Ecología de Viena señaló que la misma situación se da en el modelo británico GCR Magnox, e incluso en el canadiense CANDU. 'Se les considera sistemas cercanos a la tecnología militar, que permitirían producir plutonio enriquecido, para su uso bélico', dice la ingeniera. David Kyd, portavoz del OIEA, no descartó esta posibilidad, si bien añadió que 'para construir bombas, se prefiere recurrir a uranio fabricado en instalaciones específicas para dicho fin'.

Otro tipo que ya no se construye es el reactor rápido (FBR), refrigerado por sodio, considerado de alto riesgo por ser fácilmente inflamable. Los franceses cerraron las dos centrales de este tipo que tenían (entre ellas Phonix, conocida por sus frecuentes dificultades en el sistema de refrigeración) y ahora sólo queda una en el Reino Unido. En el caso del tipo WWER 440 -reactor de potencia refrigerado y moderado por agua-, el problema principal es que carece de contenedor suplementario de hormigón, dispositivo de prevención de escapes radiactivos.

La antigüedad de las instalaciones es otro factor clave, no sólo debido al desgaste de materiales, sino también porque hay viejas construcciones que no permiten innovaciones hoy consideradas indispensables para garantizar un alto nivel de seguridad. Wenisch señaló que hay sistemas antiguos que no permiten separar los diversos sistemas de seguridad, o sea que no se puede asegurar la prevención de un colapso total en caso de accidente. Entre los reactores más antiguos están los modelos Magnox en el Reino Unido, que se comenzaron a construir entre los años cincuenta y sesenta. También por su avanzada edad se cataloga de relativamente peligrosa la central española de Santa María de Garoña, cuya construcción, iniciada en 1966, está desprovista de un segundo contenedor de contención. El estudio es crítico, aún teniendo en cuenta que los propietarios de la central han invertido más de 200 millones de dólares (37.000 millones de pesetas) para cumplir todos los requisitos de seguridad. 'No entiendo por qué sigue en funcionamiento, siendo una mini-central de tan baja potencia. Si la cerraran, en España no se apagarían las luces', añade Wenisch.

No se puede decir lo mismo ni de Eslovaquia ni de Ucrania, países altamente dependientes de la energía atómica (en Eslovaquia supone un 50% de las fuentes de energía), así como Francia, que dispone de 59 centrales y 'consiguió tal sobreproducción de energía mediante las centrales nucleares, que pudo permitirse clausurar las instalaciones vetustas y poco seguras'. La coordinadora del estudio señaló que gran parte de los reactores más seguros, que son de agua a presión, se encuentran en territorio francés. Los que han recibido las mejores notas en el estudio han sido el británico Sizewell y los franceses Chooz-B y Civaux.

Cada vez se construyen menos centrales nucleares en Europa. Alemania tiene 19, Suecia ha decidido por referéndum abandonar esta fuente de energía en la próxima década, los habitantes de Austria e Italia ya la rechazaron mediante votación y Holanda, con una central, también se dispone a abandonar la energía nuclear. El derechista austriaco Jörg Haider ha amenazado con vetar el ingreso de la República Checa en la UE si no se clausura la central de Temelin, situada a 60 km de Austria, país que rechazó la energía atómica en un referéndum en 1978.

Críticas

El OIEA, organismo de las Naciones Unidas, con sede en Viena, que inspecciona las instalaciones radiactivas a nivel mundial y fomenta el uso de la energía nuclear para fines pacíficos, criticó dos aspectos del estudio realizado por los ecologistas vieneses. Lo que el portavoz del OIEA, Kyd, echó en falta en la evaluación fueron datos más precisos sobre el factor humano. 'No sólo los aspectos técnicos son decisivos para la seguridad, sino también el grado de formación y motivación del personal', añadió.

Y aunque el OIEA no tiene nada que objetar sobre el catálogo de riesgos de centrales nucleares elaborado por el Instituto de Ecología, no comparte la visión de que todas las centrales sean inseguras. 'Al contrario. Aunque hay 438 reactores funcionando en todo el mundo, tuvimos sólo una vez un accidente grave, el de Chernobil en 1986', concluyó el portavoz.

Fuerte dependencia energética

En la Unión Europea, las centrales nucleares producen un 34 % de la energía eléctrica, según datos estadística de la Asociación Alemana de Economía de Electricidad (VDEW). También las economías de los países candidatos a la adhesión a la UE dependen en gran medida de la energía atómica. En la UE se produjeron el año pasado un total de 2.4 billones de kWh, de los cuales 828 mil millones de kWh provenían de reactores nucleares. En este sector, Francia ocupa el primer lugar. Con energía nuclear cubrió en el año 2000 el 79% de su producción eléctrica. Le sigue Bélgica, con un 54%, Suecia (39%) y Finlandia (31%). Alemania, con un 30%, está por debajo de la media de la UE. Gran Bretaña tiene un 25% y los Países Bajos un 4%. Entre los candidatos a la integración, el más dependiente de energía nuclear es Lituania, con un 27%, seguida de Eslovaquia (47%), Hungría (38%) y Eslovenia (36%). En la Unión Europea, ocho de los 15 países miembros disponen de un total de 145 reactores -Francia (59) , Gran Bretaña ( 35), Alemania (19), Suecia (11), España (9), Bélgica (7), Finlandia(4) y Holanda (1)-. Los países que no cuentan con energía procedente del uranio son Austria, Italia, Luxemburgo, Portugal, Grecia, Dinamarca e Irlanda.

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