China declarará ilegales las páginas que no pasen por un registro oficial

Reporteros Sin Fronteras ha denunciado que Pekín se dispone a cerrar toda web y weblogs alojada en este país que no cumpla con una ley aprobada en marzo, y que establece que todas las páginas deben figurar en un registro oficial y suministrar completa información de sus organizadores antes del 30 de junio.

"El plan es de lo más preocupante porque el gobierno también ha revelado que tiene un nuevo sistema para dirigir las páginas en tiempo real y observar las que no obedecen", afirma un comunicado de Periodistas Sin Fronteras hecho público hoy. "La decisión permitirá al poder controlar las noticias online y la información de una manera mucho más efectiva". Alrededor de tres cuartos de páginas chinas han cumplido con las órdenes de registro, según la organización internacional que vela por la libertad de información, prensa y opinión.

Un artículo publicado por OpenNet Iniciative en abril llamado 'China, la mayor censura del mundo en Internet', decía que el Gobierno empleó a miles de representantes y ciudadanos privados para dirigir y controlar los contenidos online. Pero a pesar de todos los esfuerzos de Pekín por poner trabas al medio, han aparecido en Internet huecos de conversaciones libres a través de los chats y los foros. "Las autoridades también esperan que la mayoría de las páginas donde se puede hablar libremente emigren al extranjero, donde se convertirán en inaccesibles para el interior de China gracias a los sistema de filtrado del país", afirma Reporteros Sin Fronteras.

Además de la censura interna, Pekín bloquea regularmente el acceso a las páginas web extranjeras, incluyendo portales de disidentes chinos que viven en el exilio en el extranjero. China es el segundo mayor mercado de Internet del mundo con unos 100 millones de usuarios, y el número está creciendo. También es la mayor cárcel del mundo para los ciber-disidentes, habiendo detenido a más de 60 personas por expresar a través de la red sus puntos de vista, según un artículo del pasado junio de Reporteros Sin Fronteras.