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Rumsfeld: 'Claro que usamos bombas de fragmentación: queremos matar talibanes'

EE UU no detendrá sus ataques durante el Ramadán y anuncia el envío de más soldados

Enric González

La escalada de los ataques estadounidenses contra Afganistán es gradual pero continua. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, anunció ayer el envío de más tropas de tierra al territorio afgano controlado por la Alianza del Norte y aseguró que la campaña continuaría 'durante el tiempo necesario' hasta 'la destrucción total' del régimen talibán. 'Claro que utilizamos bombas de fragmentación. Queremos matar talibanes, así de sencillo', dijo Rumsfeld cuando se le preguntó por el uso de unos proyectiles que implican un alto riesgo para la población civil.

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La asesora de seguridad nacional de George W. Bush, Condoleezza Rice, afirmó, por su parte, que Estados Unidos no podían 'permitirse una pausa' en la guerra durante el Ramadán.

Los soldados de operaciones especiales que operan ahora en territorio de la Alianza son 'menos de cien', según el Pentágono. A ellos se unirán próximamente un número similar de soldados de élite del Ejército turco, cuya participación ha sido reclamada por Washington y aceptada por el Gobierno de Ankara. Los turcos se concentrarán en el adiestramiento de los guerrilleros de la Alianza, y los estadounidenses, cuyo número crecerá día a día hasta llegar a unos cuatrocientos la semana próxima, se dedicarán por el momento a 'localizar objetivos, mejorar las comunicaciones y coordinar las acciones desde el aire con las de tierra', en palabras de Rumsfeld.

El secretario de Defensa reconoció que los disparos de los talibanes dificultaban la creación de la proyectada base estadounidense en la zona norte de Afganistán, que, llegado el momento, dispondrá de capacidad ofensiva. 'Recientemente, el fuego enemigo impidió el aterrizaje de varios equipos', comentó, 'pero los equipos permanecen listos para entrar en acción'.

Dentro de una campaña cuya duración se prevé larga, todo se encamina actualmente a facilitar la conquista de Mazar-i-Sharif, la ciudad que marca el límite norte del territorio talibán, por parte de los guerrilleros de la Alianza. Ése sería un golpe psicológico muy útil para encarar el invierno, una época en que el clima hará mucho más difíciles las operaciones aéreas. Los durísimos bombardeos de los B-52 prosiguieron ayer sobre las líneas talibanes y de Al-Qaeda, especialmente las situadas en torno a Mazar-i-Sharif. La estrategia aérea consiste, según el general Richard Myers, jefe del Estado Mayor, en demoler las fortificaciones y las cuevas con potentes bombas de 500 kilos, y utilizar bombas de racimo para acabar con los talibanes cuyas posiciones queden expuestas.

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Bombas amarillasLas bombas de racimo, que estallan en el aire y liberan decenas de pequeñas bombas, son muy imprecisas e implican un elevado riesgo de 'daño colateral'. Las minibombas que no hacen explosión son, además, del mismo color amarillo que los paquetes de alimentos que Estados Unidos lanza cotidianamente sobre Afganistán, lo que puede dar lugar a confusiones mortales. El Pentágono anunció que cambiaría el color de las raciones de comida y su aviación seguiría utilizando bombas de fragmentación 'para matar talibanes', según precisó Rumsfeld, quien recordó que 'las ruinas de las Torres Gemelas aún humean' para expresar que no sentía ninguna compasión hacia los talibanes y los miembros de la organización Al-Qaeda.

Rumsfeld negó tajantemente que la campaña de bombardeos hubiera sido limitada en algún momento por la necesidad de contar con un Gobierno alternativo antes de derribar a los talibanes. 'Si antes bombardeábamos menos, era porque no teníamos mucha información sobre los objetivos', explicó el secretario de Defensa. Washington enviará pronto a la región dos tipos de avión de espionaje muy avanzados. Uno, el J-STARS, es un radar volante que se utilizó por primera vez en la guerra del Golfo y resulta, según el Pentágono, muy eficaz para detectar movimientos de tropas. El otro es el Global Hawk, un modelo de avión teledirigido que vuela a gran altura y está aún en fase experimental. Ambos serán dedicados a la localización de objetivos.

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