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GUERRA EN YUGOSLAVIA Política y diplomacia

Los ministros de Exteriores del G-8 debatirán un plan de paz

Pilar Bonet

Los ministros de Exteriores del G-8 (los siete países económicamente más desarrollados y Rusia) se sentarán mañana formalmente a la mesa de negociaciones en Bonn, por primera vez desde que fracasó el proceso diplomático de Rambouillet. La reunión, que coincide con la visita que el presidente norteamericano, Bill Clinton, a Alemania y con su reunión con el canciller Gerhard Schröder, es el resultado de la aproximación de posiciones políticas entre los aliados occidentales y Rusia. Aunque todavía se mantienen ciertas diferencias, Moscú ha aceptado una "presencia de seguridad" en los Balcanes y habla con un nuevo lenguaje.Mientras Occidente apuesta por forjar un acuerdo en el marco del G-8 para llevarlo de ahí directamente al Consejo de Seguridad y transformarlo en resolución de la ONU, Rusia parece optar por un camino algo distinto para llegar al mismo fin y, según medios diplomáticos, sería más partidaria de dejar las riendas del tema en manos del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.

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El primer enfoque es más riguroso y presupone una mayor responsabilidad por el proceso de salida de la crisis, mientras el segundo implica dejar mayor margen de iniciativa al secretario general y, con ello, mayor posibilidad de juego para Moscú a la hora de presentar el acuerdo.

El cambio de tono de Moscú era perceptible ayer en las declaraciones que hacía en Bonn Alexandr Avdéiev, el viceministro de Exteriores que ha preparado el terreno en una reunión de altos funcionarios. Ayer, el representante ruso era mucho más comedido y moderado en su lenguaje que el día anterior.

Bajo bandera de la ONU

En Petersberg, en las afueras de Bonn, donde se reunieron los directores políticos del G-8, se ha aprobado un documento de siete puntos, que sigue las líneas del plan de paz alemán, y que contempla un alto el fuego de 24 horas en caso de que los serbios comiencen a retirarse del Kosovo. En Petesberg se ha acordado, según Avdéiev, que "toda la presencia internacional en Kosovo se realizará bajo la bandera de la ONU".En vez de hablar de una operación de la OTAN o de una intervención de tropas terrestres, a partir de ahora se abordará la situación como una operación de la ONU para desbloquear un conflicto. La presencia internacional, como en Bosnia, constará de dos componentes, uno civil, destinado a organizar la vida de la población en la provincia, y otro de seguridad, que ayudará a la comunidad internacional a crear estructuras de seguridad y, lo que es muy importante, "conseguir el desarme del Ejercito de Liberación del Kosovo", dijo el viceministro ruso.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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